Es de suponer
que todo (o casi todo) lo que sucede en PV tiene una razón de ser y, aunque
sea a la larga, que cabe la posibilidad se entienda el porqué. Ya que solo haciéndose
esta reflexión se pueden entender algunas situaciones o detalles que parecen
fuera de toda lógica, o que no acabas de
comprender a qué vienen, o porqué los han puesto de manifiesto (me refiero, por
ejemplo, a rasgos concretos de personas o cosas, como una cicatriz en la cara,
un parche en un ojo, un coche con un faro roto…).
Ahora ha
sucedido algo de ello con el asesinato de Mencía, y ya veremos en qué se
concreta y si sirve de algo. Lo cierto es que ya hemos visto en infinidad de
ocasiones que estos detalles o circunstancias acaban desapareciendo en un
agujero oscuro, y nunca más se supo de ellos, por lo que tampoco sería
sorprendente que esto se volviera a dar.
Pero hablemos
de este personaje concreto: Mencía
Hace pocos
días hemos sabido que han dado a la telenovela Secreto de Puente Viejo el
premio Iris de la Academia por su contribución a la difusión del sector
audiovisual, por su proyección internacional y por ser una cantera de
estupendos actores y actrices. Pero no hay que olvidar que hay quien también
llegó a la telenovela con un buen currículo a sus espaldas, algo que considero no
siempre se ha valorado en su justa medida. Es lo que creo que ha sucedido con algunos
actores y actrices que han pasado por PV, y en concreto con Agnés LLobet, cuyo
papel en la telenovela ha sido el de protagonizar una de las tramas amorosas más
rápidas que se han dado en cuanto a evolución, así como de las más cortas con
respecto a su desenlace. Y que ha supuesto además que la actriz no haya tenido apenas
ocasión de mostrar sus dotes interpretativas.
Admito que no
acabo de entender que pretendían con su aparición y el sentido de su papel. Igual
como he de decir que no es que me haya llegado a convencer como pareja de
Carmelo, porque ha sido una relación tan efímera que ni siquiera hemos tenido
ocasión de ver un par de escenas en las que se demostraran el amor que
supuestamente había nacido y se había fortalecido entre ellos. Evidentemente aquí
entra en juego mi escepticismo sobre las posibilidades de crear efectivamente un
vínculo estrecho del calibre de una relación amorosa con planes de futuro incluidos,
sin apenas conocer nada del otro. Quizás si existan éstas, sin embargo los fundamentos
los considero demasiado frágiles como para sentar una base sólida. Aún así pienso que Carmelo y Mencía merecían la oportunidad de tener un cierto recorrido,
sin obviar el hecho de que me parece muy cruel que el destino que le tienen
reservado al personaje de Carmelo sea el de hacerle desaparecer trágicamente a todas
las mujeres que representan algo en su vida.
Por supuesto
en la vida real pueden suceder estas cosas, porque a veces la realidad supera a
la ficción. Pero precisamente porque se
trata de una novela y se pueden dar las licencias que se crean necesarias,
pienso que no es demasiado pedir que se llegue a un equilibrio y se deje de machacar
con situaciones límite. De hecho, y ya que he empezado el tema (y aunque me desvíe
de la cuestión principal del comentario) aprovecho para mostrar mi queja
precisamente por esto. Me da la impresión que los creadores piensan que el
morbo es una buena herramienta, y que los espectadores demandan de ello. Y no
creo que sea así precisamente.
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