En breve se
cumplirá un año que mi querida amiga Mercè y yo tuvimos la fortuna de poder asistir en
Barcelona a una representación de teatro de la compañía 300 Pistolas, con
Álvaro Morte como principal protagonista y director. Una obra que nos permitió
pasar un rato muy agradable y divertido,… aunque siendo sincera he de admitir que
a pesar de disfrutar mucho de la obra Tres Sombreros de Copa, en cambio me es
muy complicado opinar sobre el trabajo de los actores de la misma……. exceptuando
a Álvaro. Sé que no es justo, pero no pude evitar fijarme más en éste que en
los demás…..Así que cuál no fue mi sorpresa al descubrir unos pocos meses más
tarde que, además de Álvaro, otro actor de esta misma compañía pasaba a formar parte
del elenco de Puente Viejo. Me refiero a Carlos de Austria, el malvado y
maltratador Cristóbal.
Un personaje
que, en mi opinión, han conseguido hacer muy creíble. Un hombre complejo, sin
escrúpulos, manipulador, con una mente retorcida,… con unas convicciones religiosas
ultraortodoxas e intolerantes (las mismas que sin embargo no le impiden ejecutar
actos deleznables), con debilidades que se encarga muy mucho de mantener ocultas,
y alguien atormentado por un pasado siniestro que, sin ser justificable en
ningún caso, si podría hacer algo entendible su manera de proceder.
Un personaje
que seguramente va a dejar huella.
Lo que es
claro es que no despierta ninguna simpatía, pero que también ha conseguido
eclipsar en buena parte al personaje de Francisca, algo que nadie había
conseguido hasta ahora. Además de que en un intento (vano, al menos por lo que
a mí se refiere) de hacer “buena” a ésta, bien sea a través de intentar crear empatía
hacia el mismo género, bien presentándola como una mujer mayor y desamparada
(???) invocando a la compasión, o a través de ella haciendo visible una lacra
social que aún está muy presente en nuestros días,…..han convertido a Cristóbal
en el reflejo del hombre que más se
acerca a la realidad que conocemos de aquellos tiempos : dominante y machista casi
a partes iguales, aunque fuera porque la sociedad tampoco parecía entender otras
maneras de proceder.
También es cierto
que no se puede generalizar, y no digo que todos los hombres tuvieran instintos
tan primarios como los de Garrigues,…es más, seguro que también existían los que
a pesar de las normas sociales o los roles establecidos trataban a las mujeres
con consideración. Pero a raíz de un comentario en Facebook he caído en la cuenta
de algo que se puntualiza con mucho acierto: si bien da la sensación que los
guiones parecen destinados a evidenciar la imagen más aproximada posible de la
mujer en los primeros albores del siglo XX, la de los hombres generalmente acaba
alejándose bastante de la realidad social de la época.
(Claro que hablamos
de una telenovela, y que es normal ver que los escenarios se exacerban para dar mayor dramatismo, pero creo que tampoco es pedir demasiado que se sea coherente
en todos los casos).
Y no puedo terminar
este comentario sin añadir algo sobre el actor.
Porque evidentemente
un tanto por ciento elevado del mérito sobre la credibilidad del personaje es de
Carlos de Austria, que se ha destacado como el que considero un excelente
profesional, y que seguro tiene un prometedor futuro en su carrera.
NOTA: en este
post hago alusión a un comentario, pero no recuerdo el nombre de quién lo hizo.
Ruego a quien sea me disculpe por esto.
Garrigues me parece un personaje muy interesante y complejo. Sin duda, uno de mis favoritos ^.^. Muy de acuerdo contigo.
ResponderEliminar