30 de noviembre de 2016

El rumbo de La Quinta Miel Amarga

Alguien en un comentario decía que tenía la sensación que, de manera gradual, estaban por la labor de ir vaciando de contenido a la trama de La Quinta, como antes lo hicieran con la de El Jaral. Y a día de hoy, a la vista de la situación, comparto esta sensación más que nunca.

Primero fueron los cuadros, objetos y muebles,….y después la armonía familiar, que se ha ido diluyendo con la desaparición una a una de las mujeres de la casa. No hace ni dos meses que en La Quinta aún se respiraba felicidad, y el futuro (a pesar de los problemas económicos que arrastran injustamente desde hace tiempo) se presentaba cuando menos esperanzador, con tres parejas felices, un bebé que alegraba la existencia y otro en camino.

Ahora, casi tan vacía como sus desangeladas estancias, La Quinta sobrevive apenas a los reproches, malentendidos y sufrimiento de sus habitantes. Y no parece que en un futuro próximo esto vaya a cambiar, si acaso a peor. Porque el panorama es desalentador: Carmelo y Lucas viudos, y Severo llorando a su hermana y con su esposa y su bebé nonato debatiéndose entre la vida y la muerte. Además a todo ello hay que sumar la falta de entendimiento y el distanciamiento entre los tres hombres, cuando en realidad va a ser ahora cuando más se necesiten mutuamente.
¡¡Pero parece que la máxima de que “el sufrimiento vende” funciona!! En realidad no deja de sorprenderme que a pesar de las quejas cada vez más abundantes, del desánimo visible y creciente en las páginas de las redes sociales, de la voluntad manifestada por muchos y muchas de dejar de ver la telenovela por su continuada tendencia a las desgracias, ésta no pierda fuelle y aún haya días que crezca en número de visionados. Cosa que, por descontado, no puede menos que alegrarme, más que nada por los actores, que merecen seguir en el candelero a pesar de unos guiones cada vez más absurdos y repetitivos, que sin embargo ellos y ellas defienden con total profesionalidad y acierto en casi todos los casos.

Pero volviendo a La Quinta y, como decía antes, el que parece su camino inexorable hacia el abismo…, a menos que suceda algo que enderece el rumbo que ha tomado esta trama.

Antes que nada he de admitir que lo que más me revienta es ver cómo la responsable de buena parte de lo que acontece a esta casa sigue una y otra vez volviendo a levantar cabeza, sin perder su poder y su altanería. Como si por algún motivo fuera intocable o estuviera blindada. Y en cambio, y aun conociendo la responsabilidad de Francisca en casi todo lo que pasa a los habitantes de La Quinta, éstos no puedan hacer nada para revertir su propia situación. Incluso se llega a insinuar que la muerte de Sol pudiera tener que ver con ella indirectamente, pues el veneno podría ir destinado a la la doña) De hecho parece como si todos los desmanes de Francisca hubieran pasado a otra dimensión y nadie se acordara de ellos. ¿Por qué, por ejemplo, se molestaron en dar unas características especiales al hombre que adulteró las vacunas, si después no se ha hablado más de ello? Y esto es sólo una de las múltiples ocasiones en las que se ha dado algo parecido, y que después ha quedado sepultado en el baúl del olvido.

Solo queda un pequeño resquicio para la esperanza. Aunque, en caso de que haya alguna posibilidad de que salgan del pozo en el que están sumidos, también es de suponer que va a tener que pasar mucho tiempo antes de que en La Quinta se pueda volver a respirar algo de paz. Pero algún día Candela va a volver a abrir los ojos y va a traer al mundo a su pequeña, Severo va a conseguir recuperar su imperio, Lucas se marchará a cumplir su sueño, aunque lo haga derrotado por la muerte de su esposa, y Carmelo puede que consiga tranquilizar algo su conciencia (aunque seguro que la muerte de Leónidas le va a pesar toda la vida) y volver a empezar, quizás con la ayuda de Adela.  

Y a estas posibilidades me agarro para creer que La Quinta aún puede dar momentos interesantes, que no está todo perdido.
Y Adela puede ser un revulsivo. Una maestra, una mujer culta, que lucha por unos ideales y que cree en el poder de la cultura…que tiene muy claro que solo a través de llevarla a todo el mundo se puede construir un país libre. Ella misma lo ha dicho:

“Nuestros capitostes no son tontos. Saben que un país instruido es más difícil de someter”

Por cierto, muy interesante descubrir esta parte de nuestra historia. Con Giner de los Ríos, creador de la Institución Libre de Enseñanza y de las Misiones Pedagógicas, y que fue un importante impulsor de la modernización de la enseñanza, con una visión universal del derecho a la educación.

Recojo un fragmento que explica su obra:

“Giner y sus seguidores, hicieron de ella (de la ILE) un hogar de paz, pensamiento libre, nuevas ideas y respeto mutuo. Estaba destinada a ser una de las mayores fuentes de renovación, pero sólo a través de su ejemplo, sus logros, sus publicaciones y sus discípulos, porque decidió rechazar el apoyo estatal y abstenerse de tomar partido en la lucha política, aunque los maestros, familias y niños, cada uno individualmente, tenía libertad para asociarse y ayudar a su religión, partido o doctrinas profesadas”

Lo admito. Me gusta esta línea de trama, y por ello daré un voto de confianza a los guionistas. Porque si bien nace compleja, puede llegar a ser muy interesante. Aunque también hay que decir que la petición largamente expresada por muchos y muchas de permitir que Carmelo tenga visibilidad propia, es un plus añadido. Como que podamos disfrutar del buen hacer de Raúl Peña, injustamente relegado en los últimos tiempos a un papel casi invisible. 

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