La hipocresía
y la doble moral de la sociedad, el diferente rasero en cuanto a la condición
femenina se refiere, el estigma que supone salirse de las normas establecidas,
la presión de los estamentos religiosos y caciquiles, el ser el punto de mira
de las habladurías,…..a todo esto se ha tenido que enfrentar Sol Santacruz, una
mujer de carácter que ha sabido estar por encima de ello y además hacer
que la gente olvidara su pasado, para descubrir que detrás de algo doloroso, y para
algunos vergonzante, existía una mujer íntegra que supo enfrentarse a la adversidad.
Por supuesto también habrá quien diga que tenía otras opciones, pero ya sabemos que su malhadado destino fue
caer en manos de un proxeneta que la acabó utilizando para sus propósitos. Y
aquí es donde radica buena parte de la doble moral, que hace que una mujer en
esta tesitura sea denostada y rebajada su condición, mientras que el que creo
que realmente tendría que ser señalado, el hombre (o los hombres que requieren estos
servicios), suelen ser tratados con benevolencia. De hecho la prostitución no existiría
si no existiera demanda, porque deben ser pocas las mujeres que la practican de
manera voluntaria.
Sin embargo Sol
Santacruz no se hundió, ni se dejó arrastrar del todo ante lo que parecía su
destino inexorable. Supo hacerse fuerte y además forjarse una coraza, pero nunca
se perdió a la Sol de sus primeros años, la que fue feliz junto a sus padres y
hermano, la que recibió una educación en valores que jamás dejó atrás y que
volvieron a emerger cuando su vida volvió a asentarse en el amor, la felicidad y la libertad de la que ahora gozaba.
También es
cierto que el único reproche que se le puede hacer es que no intentara escapar
de su prisión, que aparentemente no se planteara otra vida que la que tenía antes de que su hermano volviera a encontrarla,
pero quizás no era tan fácil para ella sin ayuda externa. Sin que lo
justifique del todo, hay que tener en cuenta que había llegado a la conclusión
que estaba sola en el mundo, que Severo la había abandonado.
Pero ahora se
va a enfrentar al último golpe del destino. Y esta vez de manera definitiva,
porque va a suponer el final,…. cuando solo era el comienzo.
Sol
Santacruz, una mujer con una fuerte personalidad, corajuda, valiente y
decidida, con un gran corazón y sensibilidad, amante esposa, madre, hermana,
amiga,…… va a desaparecer para siempre, a causa de un sinsentido. Y va a dejar
a los suyos hundidos aún más de lo que ya están por todo lo que está pasando en
esta casa, que ya empieza a hacer honor a su nombre.
Sirva este
escrito como mi pequeño homenaje a este personaje que nos ha hecho pasar tan
buenos momentos, que junto con Lucas nos han dejado escenas preciosas, igual
que con el pequeño Marcos,….. pero que al final de su periplo hacen desaparecer
de una manera que se me antoja bastante injusta (no entro en el tema de los
motivos que concurren para que la actriz haya tomado la decisión de dejar la serie) Como considero que injusto era el sitio al
que la habían relegado en los últimos tiempos, sin tener en cuenta que durante
muchos meses fueron la familia de Miel Amarga los que llevaron el timón y consiguieron mantener el interés de la serie. Y si algo de esto se ha perdido, no
es por los magníficos profesionales que conforman esta trama, si no por guiones
absurdos y sin fuste.
¿Qué hay que
renovarse? Por supuesto.
¿Qué hay que
dejar que entren nuevos personajes? Por descontado.
Pero esto no creo
que signifique que haya que dejar relegados a otros. Por la misma regla de tres,
Francisca por ejemplo, tendría que dejar su protagonismo y cederlo a otros, más
cuando su papel está ya más que gastado. (Estoy hablando del personaje, no de
la actriz, que por descontado merece toda mi consideración).
No puedo
terminar este comentario sin dedicarle también un espacio a quien tiene el
mayor porcentaje de mérito en el cariño y la consideración que se le ha tomado a
este personaje (y no son los guionistas): Adriana Torrebejano, una profesional
como la copa de un pino, una gran actriz y persona, que nos ha dejado con un
magnífico sabor de boca con su buen hacer, a la altura de las grandes de la
escena, además de su alegría y permanente buen humor, con su sempiterna sonrisa. Y que seguro que en el futuro nos la encontraremos en importantes
escenarios, como corresponde a su talento.
Gracias
Adriana por todo !!
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