6 de marzo de 2016

Una sociedad de apariencias

Estamos en una sociedad en la que parece que las apariencias si importan. Las apariencias sobre lo que pensamos que los demás esperan de nosotros, pero también de algo tan incierto como el aspecto físico de los demás, dejándonos llevar por primera impresiones aún desconociendo la verdadera esencia y las características de la personalidad de éstos.
¿Realmente es tan importante, o es que nos dejamos llevar por estereotipos que la opinión de alguien ha formulado como modelos a seguir?
Esta reflexión viene a colación por el tema recurrente (cierto que cada vez menos), de la diferencia de altura entre Candela y Severo (o lo que es lo mismo, entre Chico y Aida). Aun habiéndose ganado con creces ambos la simpatía de las y los espectadores, la diferencia notable de estatura entre los dos sigue saliendo intermitentemente en los comentarios, y no siempre en positivo.
Y admito que es un tema que me molesta, no solo por mis manifiestas simpatías hacia ambos, sino especialmente por lo que implica de discriminación. Y porque pienso que aun estando satisfecha con su cuerpo, una persona puede sentirse molesta, incluso herida, ante este tipo de opiniones. Aunque sean hechas sin mala intención. Porque no hay que olvidar que por ejemplo en el caso de Aida, que es quién suele acaparar los comentarios de este tipo, no estamos hablando de un personaje sino ante todo de una persona real que tiene sentimientos, que puede haber asumido su aspecto como sería lo normal en la mayoría de la gente, pero que no tiene por qué asumir también una especie de coerción por ser como es. Ni en la vida real, ni en la ficción.
Y siguiendo con el tema ficción. No puedo imaginarme que se tengan que plantear unos cánones según el tamaño, para que quede bien estéticamente aunque sea en detrimento de otras consideraciones. Porque nada garantiza que dos personas que queden bien en pantalla, sean compatibles profesionalmente. Por supuesto no digo que el aspecto físico no sea un plus, pero también lo es la profesionalidad, el saber estar, la química,……..y esto no entiende de tallas.
Y las mismas consideraciones sirven en la vida real.
Dicen que en el tarro pequeño está la buena confitura. Tampoco pretendo ahora hacer apología para las personas de tamaño pequeño, pero ni a ellas o ellos, como tampoco a los demasiado altos, se les puede negar relacionarse siguiendo los dictados del corazón, del conocimiento del otro,…  dejando de lado el aspecto externo que es (o tendría que ser) mucho menos importante. 

4 comentarios:

  1. Il mondo reale è pieno di coppie dove vi è notevole differenza di statura... Sinceramente certi commenti mi sembrano privi di ogni logica... Non credo che e le persone quando si conoscono si misurino la statura prima di innamorarsi.

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    1. quizas me he explicado mal y no se entiendo el sentido de este comentario. Por supuesto que en la vida real no creo que sea importante el tema de ser alto o bajo , gordo o flaco, feo o guapo, para poder relacionarte con el resto de la humanidad. Pero ello no es óbice para que si bien tu puedes sentirte bien, los demás se crean en el derecho de criticarlo. Y esto es precisamente el motivo de este post: quejarme de los que critican por esto.

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    2. Anna, yo estoy de acuerdo contigo. Yo quería decir lo mismo que tu has escrito en tu blog.

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  2. Disculpa Lella,. Es lo que tiene no usar el traductor . Entendí mal el sentido de tu comentario.

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