5 de marzo de 2016

Una doncella especial

Dos años llevando este blog, más otro en un foro, me han hecho perder la cuenta de lo que he escrito. Así que creo que alguna vez ya llego a reiterarme, por lo que pido disculpas a quienes amablemente se acercan a este rincón, al tiempo que vuelvo a darles mis más sinceras gracias. 
De todas maneras voy a seguir intentando aportar algo nuevo en mis opiniones (que, por supuesto, salen únicamente de mi valoración personal sobre tramas o situaciones de la serie)
Dicen que a fuerza de repetir las cosas acaban convirtiéndose en verdad, por lo que a fuerza de machacar con que Francisca es imprescindible en la serie, da la sensación que todo el mundo ha acabado haciendo de ello un dogma que no parece admitir discusión. Pero en mi opinión ha dejado de ser así (aunque es cierto que durante mucho tiempo el papel de Francisca si ha sido hilo conductor) pero ahora su papel tiene una relevancia relativa. De hecho me da la impresión que los responsables de la serie han agotado las ideas para darle visibilidad. Y buena prueba de ello es la última ocurrencia, la de boicotear unas bodas, que me parece de lo más estúpida (lo siento, pero no se me ocurre otro calificativo más adecuado).
Pero no es de Francisca de quien quería hablar, sino de Fe, aunque estén relacionadas y mucho.  En realidad considero que, a estas alturas, es el papel de Fe el que se ha convertido en imprescindible para dar vida a los personajes de la doña y Mauricio. Solo la pizpireta doncella es capaz de cambiar el chip que parece instalado en estos dos personajes, e insuflarles algo de novedad en sus míseras existencias (o lo que es lo mismo, darles unos guiones algo más interesantes que lo que ha sido la constante en todo este tiempo. Porque también la rutina acaba produciendo hastío)
No voy a volver al tema de que la serie ha experimentado un cambio radical, porque este extremo es bien visible. Como también lo es que un remake de las situaciones del principio de la serie ya no tiene sentido en este nuevo PV, donde el concurso de la cacique ya no es necesario pues las diferentes tramas ya se desarrollan por si solas. Francisca ya no es la omnipresente, es simplemente una más que de vez en cuando mete baza.
Y ahí es donde entra Fe.
La mejor muestra es el trato que se le dispensa. En  las casas señoriales se trataba a los sirvientes con una cierta amabilidad, pero siempre manteniendo la distancia que se supone entre señor y siervo, por lo que difícilmente se le permitiría a una sirvienta que se tomara las libertades que se toma Fe. Si, quizás sea porque en el fondo a la doña pesa la soledad, y además la chica le divierte. Pero aun así no se entiende que siendo Francisca tan poco dada a aceptar cualquier virtud de los demás, tenga tanta mano ancha con ella.
Por lo que he llegado a la conclusión antes mencionada. No se trata de que Francisca se haya vuelto benevolente, sino porque se constata que el personaje de Fe ha calado en la audiencia, y porque da vida a La Casona y a sus habitantes. De hecho cuando volvió supuestamente del balneario después de meses de ausencia (por los motivos que ya sabemos tod@s), Fe podría haberse ido a cualquier otro lugar, pero volvió a La Casona. Con lo que se hace evidente que sin ella la atmósfera sombría que envuelve a la casa y a sus habitantes sería totalmente impenetrable
(Eufemismo para no decir lo que realmente creo que sería: aburrido hasta el sopor).

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