Como dice Sandra Cervera en el anuncio, es bastante inevitable que el
telespectador/a que sigue una serie acabe tomando partido por uno/s u otro/s
personajes. Bien porque se sienta identificado/a con determinada manera de
hacer, bien porque haya acabado sintiendo empatía con alguno o algunos.
Yo tampoco me puedo sustraer a ello y tener unas simpatías más
acentuadas por unos o unas más que por otros. Que no quiere decir que no sepa
apreciar, aparte de la profesionalidad de los actores y actrices que les dan
vida, los buenos momentos que todos ellos aportan al conjunto. Nadie es
imprescindible, ni está por encima, y todos/as son importantes en la misma
medida. Incluidos los y las que están en segundo plano.
Y es precisamente a esto a lo que me quería referir.
Quien me sigue en este blog sabe, porque ya lo he dicho muchas veces, que
no soy amiga de la nostalgia y que, aun teniendo muy presente la huella imborrable
que han dejado algunos personajes que ya no están en la serie, y a los que
reconozco su aportación, es un tema que
ya he dejado atrás. Por lo que establecer comparaciones no entra en mi ánimo. Ellos
y ellas tuvieron su momento, y ahora hay otros y otras que han ocupado su
lugar. Eso sí, con mayor o menor fortuna, todo hay que decirlo.
Pero estos últimos siguen ahí, y es responsabilidad de los guionistas
darles un papel acorde al espacio en la serie que se supone destinado para
ellos. Evidentemente también hay que tener en cuenta que los que escriben los
guiones no son infalibles y que bien pueden equivocarse en sus percepciones
sobre el futuro de las tramas que proponen, y que no siempre acaban funcionando.
Pero ello afecta también a quienes se encargan de ponerlo en escena y que en
último instancia son los que pagan el pato, porque por muy buen actor o actriz
que se sea, sin un buen guion que sustente además una historia potente no se
llega muy lejos. Algo que por cierto ha quedado suficientemente demostrado
recientemente.
Así que cuando parece que se aúna todo, excelentes actores y actrices y
una historia que a priori levanta muchas expectativas, pero que en el
transcurso del tiempo acabas teniendo la sensación que no se está desarrollando
en el sentido que se esperaba, es factible que esté sucediendo lo que he
comentado antes.
Antes de continuar, he de decir que soy consciente de que quizás estoy
levantando a liebre sin motivo, porque tampoco puedo afirmar con rotundidad que
sea esto lo que sucede ahora. Como tampoco puedo conjeturar con que se trate de
un agotamiento de ideas, porque es evidente que no es así si los responsables
de la serie han sido capaces de concebir una nueva trama que a todas luces ha conseguido
despertar interés. Mucho menos quiero pensar que existen motivos para dejar
languidecer ciertas tramas, sino que simplemente se trata de un impasse para
consolidar lo nuevo.
Por supuesto tengo que admitir que la nueva trama que ahora copa los
capítulos también me ha enganchado. ¡Y de qué manera! Pero ello no es óbice para que mis simpatías
por los demás sigan intactas. Y por ello el motivo que me impulsa a esta
líneas.
Porque también creo fehacientemente que las otras tramas no están
agotadas ni de lejos, y que el protagonismo de éstas sigue intacto a pesar de
todo. Me refiero principalmente a la de La Quinta, que aun habiendo tenido sus
personajes un periplo muy interesante por el lado romántico, con un desenlace
precioso y digno de las mejores novelas, aún tienen que dejar ver con mayor
contundencia el otro lado que se suponía venían a trabajar. Y no creo que sea
incompatible una relación preciosa, con el hecho de sacar adelante los propósitos
que los llevaron a PV: hacerle la vida al menos un poco incómoda a Francisca. Cierto
que las cosas han cambiado, que ya no puede ser lo mismo porque ahora están
Candela y Sol para impedir algunos actos que vayan más allá de lo razonable,
pero no estaría mal que las expectativas que daban a Severo y Carmelo como los
responsables de que la doña dejara de tener un poder omnímodo, se cumplieran al
menos un poco.
Y de rebote quizás se devolviera también un poco de presencia al
personaje de Francisca, cuyo papel considero que ahora mismo es de mera
comparsa. En realidad ahora mismo sino fuera por Fe que le da un poco de vidilla, ni
siquiera tendría ninguna relevancia, porque parece instalada en un bucle del
que no parece poder salir.
Estoy completamente de acuerdo Anna. Creo que los de la Quinta todavía tienen mucho de que hablar.. aunque una cosa es lo que nosotr@s pensamos y otra cosa es lo que ya han desarrollado los lionistas... a saber, porque además ellos cuentan con la ventaja de saber si los actores continuarán con su trabajo o bien tienen otras miras y no seguirán.. En fin, lo que sea será. Pero para nosotras.. podría ser... mucho más.
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