Soy
consciente que Adela no es santo de devoción de mucha gente que sigue la
telenovela, más cuando en los últimos tiempos la están reduciendo al antipático
papel de “salvadora” del prójimo. Alguien que, en cierto modo, hace la
competencia a Dolores,… aunque aparentemente solo con el ánimo de ayudar, no de
cotillear. Pero a veces esto solo puede ser una cuestión de matiz, y la línea
entre una cosa y la otra puede ser muy fina. Especialmente ahora cuando la
tenemos enfrascada en el tema de Severo, decidida a arreglarle la vida, además
de hacer lo posible para empujarle a una relación a la que éste se resiste,….
algo para lo que cuenta incluso con la complicidad de Carmelo.
El caso es
que Adela, al igual que otros personajes, considero que ha sido objeto del
nefasto desarrollo por parte de los guionistas de una personalidad que podría
haber dado mucho más de sí.
La idea
inicial, en mi opinión, era buena: una mujer adelantada a su tiempo, con ideas
revolucionarias y con la intención de poner su granito de arena para cambiar la
sociedad y hacerla más justa e igualitaria. La idea que compartía con su primer
esposo de un proyecto educativo avanzado, la situaba en una buena línea de
partida,….. que se truncó con la muerte de éste y el hecho de ser expulsada de
su casa con su hijo, además de quedar sin recursos económicos.
Pero el hecho
de que Carmelo la “adoptara” no tenía que cambiar necesariamente nada de su
personalidad.
Corroído éste
por los remordimientos, sabiendo además que había asesinado a un inocente (lo
que, por supuesto, tampoco es justificación, porque siempre es asesinato) es
lógico que Carmelo quisiera resarcir en lo que pudiera el daño causado. Otra
cosa son los acontecimientos posteriores, que se fueron desarrollando con una
cierta coherencia hasta que los guionistas decidieron tirar por el camino más
corto: una relación que a priori parecía imposible, convertida al final en un
matrimonio.
Obvio decir
que en medio hay muchas cosas que no cuadran: la rápida asunción por parte de
Carmelo de su viudedad y el hecho de que en un abrir y cerrar de ojos se
prendara hasta las trancas de otra mujer. Una situación parecida por parte de
Adela, que encima, y sabiendo que Carmelo era quién había acabado con la vida
de su esposo dejándola totalmente desamparada, acabó casándose con él por amor.
Aunque sin embargo, y a pesar de las prisas y de ser bastante complejo entender
cómo llegaron a esta situación, también hay que decir que al menos Carmelo
había aceptado la posibilidad de tener que renunciar a ella, incluso que ésta
le denunciara a las autoridades.
Pero dejando
aparte toda esta historia, nada implica que Adela tuviese también que renunciar
a sus sueños, más cuando Carmelo es un personaje que (salvando este hecho
censurable), siempre se ha mostrado como alguieb de mente abierta y sin problemas para
apoyar causas que pueden ayudar a la gente, más si la iniciativa parte de su propia esposa. Sin embargo parece que una vez
casados, todo ello para Adela ha acabado formando parte del pasado.
Una vez la vimos
arengar a las mujeres a salir de su casa y decidir por sí mismas, lo cual daba
una ligera esperanza de novedad. Claro que buena parte de las mujeres de Puente
Viejo no son ni sumisas, ni les faltan agallas, pero alguien que hablase por
ellas y pusiera en el candelero algo que nadie se atrevía en aquellos tiempos
ni siquiera a mencionar, era algo bueno. Sin embargo pronto el personaje se fue
diluyendo, pasando a normalizarse tanto, a mimetizarse con el resto, que ya no
queda nada de todo aquello. Si, Adela es la maestra y una concejal (cosa que
era totalmente novedoso en aquella época), pero esto no es un plus sino simplemente una condición, y su papel es simplemente
de relleno en las tramas, de consejera de propios y extraños,.... pero sin más
sustancia.
Y un
personaje que podría haber sido un ejemplo, ha pasado a ser una más. Incluso
ganándose antipatías entre l@s seguidores de la telenovela por meterse (aunque sea con buena voluntad) en todos los fregados.
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