5 de febrero de 2018

La vida y los cambios


Leo con un cierto estupor en el muro de una guionista, que la marcha-despido de Aida tuvo como motivo principal que se había terminado su recorrido en la serie.
Y digo estupor, porque si lo que dice fuera un motivo, considero que se tendría que prescindir de casi la mitad de los personajes de la telenovela,…muchos de los cuales  básicamente tienen un papel de relleno en los capítulos.
Pienso que un personaje termina su recorrido cuando los guionistas lo deciden, no cuando su papel pierde protagonismo y deja de estar en primer plano un tiempo más o menos largo. De hecho, siguiendo esta misma regla de tres, y por poner un ejemplo, Raimundo ya hace tiempo que tendría que haber abandonado Puente Viejo. Y no pretendo insinuar que tenga que hacerlo, solo constatar que ahora su papel es simplemente de espectador, sin aportar casi nada. Igual que, como he dicho antes, sucede con otr@s. 

Antes de continuar tengo que entonar el mea culpa. Soy consciente de que no siempre logro ser ecuánime, y quizás a veces incluso sea injusta. Pero evidentemente mi visión solo puede ser parcial porque, a diferencia de algun@s, no tengo contacto con nadie de la otra parte, y por lo tanto me tengo que guiar por mis sensaciones sobre lo que veo y lo que creo intuir.
Porque lo que se cuece detrás de las cámaras se queda ahí y no trasciende, ya que es algo que solo atañe a los responsables del producto. Por lo tanto, toda opinión que se pueda derivar de unos hechos concretos sin tener certezas, acaba siendo pura especulación, algo que no puede contrastarse sin conocer la versión de las dos partes. E incluso si esto fuera posible, sería difícil hacerse una composición correcta, porque las más de las veces tendemos a alinearnos con quién despierta más simpatías personales.
Aunque quizás tampoco importe conocer este pormenor porque lo primero, y sin que haya vuelta de hoja, es que los espectadores no tienen capacidad de influir en las decisiones y solo pueden mostrar su descontento, y segundo porque es claro que los intereses económicos son la prioridad. Y es algo lógico, porque al fin y al cabo la telenovela es un producto que da de comer a mucha gente entre equipo artístico y técnico.
También es cierto que a veces el apasionamiento nos puede, pero que al fin y al cabo solo hablamos de personajes de ficción, y sus creadores tienen en sus manos su recorrido y su destino. Aunque no siempre este recorrido se alinee con los gustos de l@s espectadores y muchas veces el destino no se entiende,….ni se acepta sin más.
Pero como me decía alguien sabio no hace mucho, y que ha sido el detonante para hacer este comentario, a veces solo hay que detenerse a observar la vida y recibir con generosidad los constantes cambios. Claro que también es difícil trasladar esto a una ficción, porque cambiar el desarrollo de una trama solo depende de la voluntad de los guionistas (puede que a veces también de factores externos), mientras que en la vida real esto se produce de manera natural por la evolución de la sociedad.
Por supuesto una telenovela ha de adaptarse a la realidad de la época en la que se desarrolla, ha de renovarse y dejar paso a situaciones y personajes nuevos que traigan un aire diferente. Más cuando, como en este caso, se trata de un producto de larga duración que no puede quedar anclado en un pasado que ya no existe, mientras que existe el peligro real para los actores de terminar encasillados en una imagen.
El problema es cuando, como está sucediendo en El Secreto de Puente Viejo, este pasado se revive, se remoza y vuelve a traerse en forma de nuevas tramas, pero con viejas historias muy reconocibles. Y con ello se pierde la luz de posibles novedades interesantes, del toque de modernidad del que ahora mismo carece la telenovela, en la que además el romanticismo se ha perdido y solo existe el drama y el sufrimiento.
Que quizás vende, pero también cansa.

2 comentarios:

  1. El peligro real, para los actores, de encasillarse no lo comparto. La prueba viviente es Adelfa Calvo, y su recién estrenado premio Goya…. No es, o ha sido, solo Rosario de Castañeda, ¡es una gran actriz en cualquier papel que se le ofrezca!! También Adriana Torrebejano estrena serie mañana….
    E igualmente digo para Aída de la Cruz, ya llevaba un largo recorrido como actriz antes; ha estado cinco años en PV y podía haber seguido perfectamente en la trama, pero la decisión de su salida se tomó y se llevó a cabo. Ningún trabajo es para siempre y nadie es imprescindible, pero el derecho a la pataleta sí nos queda como televidentes. Yo estoy segura de que Aida se tomará un tiempo sabático para disfrutar de su hijo y volverá a la carga con nuevos proyectos, sea en teatro o en tv, es una gran actriz y lo será siempre.
    Y lógicamente ‘los responsables del producto’, si trabajan es para tener unos beneficios, en este caso económicos. No es que no les importen nuestras opiniones, (estoy segura que nos leen y repasan nuestras reacciones), es que hay mucha más gente que ve la serie sin más motivación que entretenerse a esa hora de emisión, sin sacarle punta al lápiz tal y como hacemos l@s demás!! Seguramente para ese público, menos exigente, está escrita y dirigida, y les funciona bien (hasta ahora). ¡¡Me gusta tu página!!

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  2. Muchas gracias Montse por tus palabras y por comentar en este sitio. Es cierto que nadie es imprescindible, pero también que unos lo son más que otros. Y a la vista está. Y si, puede que sea cierto lo del peligro encasillamiento que quizás no es tal, y los ejemplos que das lo reflejan. Aunque más bien lo que reflejan es lo poco valorados que han estado en la serie, cuando fuera de ésta las oportunidades les llueven ¡¡¡Y de que manera!! Yo también espero ver a Aida pronto en otros proyectos, que no dudo le van a surgir. Un abrazo

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