13 de febrero de 2018

Llega una periodista a Puente Viejo


Todavía intento entender que estorbo hacía Candela en las tramas, por qué se consideró que su personaje había terminado su recorrido cuando hay tantos otros en una situación tanto o aún más invisible que en la que estaba ésta.
Claro que evidentemente desconozco, como casi todo el mundo (excepto los interesados), los motivos reales de esta despedida,…..así que, sin solución de cambio, quizás lo mejor sea pasar página. Pero aun así quería hacer otro ejercicio de reflexión sobre esto y lo que puede deparar en el futuro.
Considero que la trama del secuestro de Carmelito y la estancia en prisión de Severo, no demandaba necesariamente la desaparición de Candela. Al contrario, y al estilo de Pepa, también Candela como madre coraje se podía haber lanzado a los caminos en busca de su hijo, o luchar por la libertad de su esposo de todas las maneras posibles. Claro que sería repetir tramas, pero ¿acaso esto sería algo nuevo, cuando lo hacen continuamente? Y si de lo que se trataba (y trata) es de incidir en el drama ¿qué mejor manera que teniendo Candela a su marido en prisión y en riesgo de ser ejecutado? (claro que también sería otra trama que se hubiera repetido. Y en más de una ocasión)
Pero mejor olvidar lo que pudo ser… y no fue.
Ahora llega a Puente Viejo un nuevo personaje: una periodista que supuestamente va a ser importante en la vida de Severo. Evidentemente en este momento parece un tema profesional, pero es inevitable pensar que no se va a quedar ahí.
Y claro que la prioridad es ahora Carmelito, pero después es cuando surge la pregunta: una vez que Severo recupere a su hijo (algo de lo que nadie parece dudar) ¿qué va a pasar con este nuevo personaje? Si el tema es que Severo tenga una relación sentimental ¿era necesario deshacerse de Candela?
Sí, claro que es poner la venda antes que la herida. Y quizás los tiros no vayan por ahí y nos sorprendan, porque además ¿no sería algo sin sentido que apartaran a una para poner a otra? Y ello sin casi solución de continuidad, y sin dar un tiempo prudencial al duelo.
Por otra parte, y sin pretender hacer de guionista, ¿es absolutamente necesario que un personaje tenga visibilidad a través de una trama sentimental? ¿Acaso lo ha sido para Nicolás? ¿No se aperciben que, aparte de tener en esta trama a uno de los mejores actores de la telenovela, con el personaje de Severo también tienen en sus manos otro potencial que no parece ser tenido en cuenta? Claro que no es incompatible tener una relación amorosa con otros temas, pero considero que jamás han desarrollado lo suficiente la posibilidad de que este personaje sea el contrapunto efectivo a Francisca. ¿Una lucha de poderes no sería interesante, después de siete años de ver a la doña manejando la vida de los demás a su antojo?
Cuando Severo y Carmelo llegaron a Puente Viejo, se planteó (o al menos se dejó creer) que tenían las razones y los medios para hacer que la Montenegro dejara de tener el poder absoluto. Por supuesto, siempre con otro cariz y poniéndose del lado de los más débiles, lo que daba un panorama muy interesante, y ante todo diferente a lo visto con anterioridad. Además en medio surgió también la posibilidad de una alianza con Hernando Doscasas, lo que hubiera aumentado la tensión y ampliado el escenario…..pero enseguida todo esto se esfumó, dejando a Francisca otra vez como dueña absoluta del cotarro.
Y esto ya empieza a ser cansino.
También es cierto que esta situación de poder refleja la sociedad de la época, aunque tampoco difiere demasiado de la actualidad, cuando estamos viendo como el espacio entre las clases sociales no deja de agrandarse….y la impunidad de los poderosos no ha desaparecido. Y que solo un error importante, u otro poder mayor, pueden lograr cambiar algunas de estas situaciones.
Pero ¿que tal si, por una vez, la ficción supera a la realidad, en vez de lo contrario?

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