7 de febrero de 2018

Y hablando de romanticismo


Siguiendo un poco más en la línea de mi anterior comentario en este blog, me gustaría entrar un poco más a fondo en el tema de las relaciones en Puente Viejo, pero diferenciando términos.
Porque, como bien comentaba alguien, no todo tiene que ver con el romanticismo tal como se entiende habitualmente, ya que considero que la palabra puede tener más acepciones. Cierto que la idea más extendida es la del amor romántico entre una pareja, pero a veces la atmósfera creada también puede llevar a sentir algo de esto y no tiene que ser necesariamente a través de una relación cuyo único (e importante) lazo es el de estar enamorado del otr@. El ejemplo más significativo de lo que digo, y el que también empleaba la persona mencionada anteriormente, fue el que Tristán y Martín llevaron a la pantalla con una química innegable, a través de una relación paterno-filial preciosa, que nos dejó unas escenas inolvidables.  
Pero estas situaciones suelen ser contadas, y la que predomina es la que tiene que ver con las relaciones de pareja, ya que entiendo que es lo que realmente trae seguimiento, lo que probablemente demanda la audiencia.
Otra cosa es que estas relaciones se vean con los mismos ojos para todo el mundo. A lo largo de toda la telenovela las diferentes parejas han tenido sus seguidores y detractores, se han creado grupos de seguimiento para casi cada una de ellas, ha existido controversia, e incluso debates encendidos, sobre la visión que se tiene de las mismas y que no siempre coincide con los gustos de la otra parte. Y claro, como no podría ser de otra manera ya que es un tema que entra de lleno en el de las simpatías personales y creencias, cada una de las tendencias considera que su pareja o personaje favorito es el mejor. Incluso los mismos guionistas dejan entrever cuáles son sus simpatías, algo fácilmente reconocible con solo pasarse por su muro. Pero en todo caso es algo que no puede ser discutido, porque el respeto a los demás pasa por la aceptación de lo que cree el otro,….aunque no sea ni mínimamente compartido.
Y llegados a este punto, quería también dar mi visión (por supuesto profana y lejos de intentar sentar cátedra), de cómo considero han de ser las relaciones románticas de pareja en la telenovela. Relaciones que últimamente me da la impresión que no están muy bien trabajadas, y que cuesta aceptar como creíbles. El ejemplo actual: el de Saúl y Julieta.
Claro que existe el amor a primera vista y que puede ser el principio de una relación fructífera, pero también hay que fundamentarlo con cimientos sólidos, con algo más que la insistencia de los guiones en la idea de fondo. No se puede creer en algo que apenas se ha visto, y mucho menos se ha trabajado, más bien al contrario. Porque los obstáculos creados han dejado patente que la solidez de los sentimientos no puede ser tanta cuando los personajes implicados renuncian tan fácilmente. Y ya no entro en la misma personalidad cambiante de los personajes, que sería objeto de otro comentario.
Cierto que el leitmotiv de una telenovela que se precie son los amores a priori imposibles, y que por lo tanto una relación no puede ser fácil, ya que de resolverse de manera inmediata podría perder interés. Aunque por descontado no del todo, ya que pueden seguir dándose situaciones de tensión, pero la lucha en este caso ya no sería por estar juntos. Aunque tampoco quiero decir que para que funcione tengan que alargarlo hasta extremos inaguantables.

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