2 de mayo de 2017

El amor de tu vida

Evidentemente la manera de ser y de pensar de cada uno es fundamental para entender un determinado tema. Por ello puedo aceptar que haya gente que lea esto y no esté de acuerdo en nada, lo éste en algo o que comparta conmigo totalmente esta reflexión. Porque de todo hay en este mundo y, por descontado, respeto todas las opiniones.
En los últimos días se han escrito líneas y líneas de opiniones sobre Beatriz, Matías y Marcela, e incluso yo misma he sacado el tema en este mismo blog. Aunque la mayor parte estén centradas básicamente en las chicas, ya que lo de Matías lo considero mucho más sencillo: ha cometido un error y está dispuesto a asumir las consecuencias, aunque ello le comporte pasar por un mal trago primero, y después cargar con una responsabilidad para el resto de su vida. Pero aún con estas premisas nada halagüeñas, nada hace suponer que esto no pueda ser el comienzo de algo, en vez del final de todo. La vida se encarga de poner las cosas en su sitio, y lo que un día puede parecer negro, al siguiente puede adquirir otro color, que la situación a la que a priori se enfrenta Matías no pueda incluso llegar a ser algo bueno. Todos hemos visto que al chico tampoco le cuesta tanto mudar de parecer con respecto a sus sentimientos, porque hubo un  día en que Prado fue el amor de su vida y al siguiente ya se iba con Rafaela. Y cuando esto se terminó tampoco no tardó tanto en encontrar con quién sustituirlas en su corazón, así que es evidente que para él no es tan complicado romper los lazos y crear otros.
No menos se puede decir de Beatriz, que no dudó en sustituir a Matías cuando creyó que sus sentimientos hacia Damián eran más poderosos que lo que podía sentir por el chico que ahora parece que acapara toda su existencia. ¿Acaso esto no tiene aspecto de volubilidad?
Lo que me hace considerar que, al menos en ese caso, hablar de un amor que está por encima de todas las cosas y es para siempre, es como mínimo precipitarse. Bueno admito que soy muy escéptica en este tema y que no creo en ello, ni en la ficción, ni en la vida real, porque pienso que incluso el amor puede acabarse. Y a los diecisiete-diecinueve años, cuando aun prácticamente no has empezado a vivir, me parece que poc@s tienen una idea muy clara de que lo que significan las palabras “para toda la vida” o “el amor de mi vida”. Por descontado habrá quien haya conocido a esta edad (o antes) a quien considera su media naranja, y que la relación se haya consolidado,… siempre con más o menos intensidad según la manera de ser de cada uno o una, y de cómo hayan evolucionado las cosas en la pareja. Pero soy de las que piensan que un sentimiento de este calibre no puede crear sus bases en idealizaciones, ni en la idea romántica surgida de las novelas, sinó más bien en los sentimientos forjados a fuego lento y en base al conocimiento, la confianza, la aceptación del otro, lo que en conjunto crea unos cimientos más estables que los que simplemente puedan derivarse del acercamiento a la persona que pase en este momento por tu vida.
Por lo que oírle a Beatriz decir a Matías “yo soy el amor de tu vida y si te casas con otra vas a ser desgraciado” me parece cuando menos una afirmación rayana en lo pedante, aunque por supuesto es posible que ella crea que realmente es así. (Lo siento, pero esta es la sensación que me produce). Pero nadie puede saber lo que es mejor para el otro, ni nadie puede intentar coartar la libertad de decidir de otro,…. aunque piense que es un error. Porque tampoco puede tener la certeza de que vaya a suceder esto.
Por descontado una unión entre dos adolescentes tan jóvenes no es algo que considere una buena opción, aunque en este caso las circunstancias manden (supuestamente). Pero la responsabilidad ha de asumirse cuanto toca y no tiene edad. Así que pedirle a Matías que la eluda, ni que sea a medias, es precisamente esto, una irresponsabilidad o una falta de madurez. Por cierto, no hace mucho alguien recordaba las palabras de Nicolás empujando a su joven sobrino a pedir matrimonio a Beatriz. ¿Por qué ahora se ha de pensar que Beatriz es mejor que Marcela y vaya a ser mejor compañera, vistas las premisas anteriores? ¿Acaso el supuesto amor hace más maduras a las personas para adquirir un compromiso de por vida?  
Y además ¿alguien piensa en Marcela y en cómo ha de afrontar la vida si Matías finalmente desiste de unirse a ella? ¿Qué futuro le espera como madre soltera (siempre en el supuesto que esté embarazada? Y si no lo está ¿igualmente que futuro le espera, “manchada” de por vida por haberse liado con un hombre?

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