A lo largo de estos seis años han pasado
muchos personajes por la telenovela y la respuesta del público ha sido
heterogénea al respecto del acierto en la elección y el desarrollo del papel representado por
algunos de ellos. De hecho los ha habido que ni siquiera han conseguido calar
en el gran público y que han pasado sin apenas dejar huella, personajes a los
que ya ni se nombra, ni existen apenas en el recuerdo de la ficción.
Pero sin embargo también hay los que han
conseguido crearse su espacio y convertirse con el paso del tiempo en casi determinantes
en las tramas. Personajes con una personalidad rica en matices, y sin que hayan
experimentado grandes cambios a lo largo de la telenovela.
Por supuesto entiendo que no todo el mundo
lo cree así, y que existen diferentes corrientes de opinión, tantas como
simpatías despierta una/un determinado personaje, y antipatías o indiferencia otro/a,
(u otros).
Creo que la integridad de los hombres de La
Quinta (por supuesto hablo de Severo y Carmelo, los auténticos dueños) está
fuera de toda duda. Por descontado no son perfectos y también han cometido
errores, pero si algo se puede decir de ellos es que no suelen desviarse de sus
convicciones, valores y principios. Además hay algo que les hace más especiales:
el vínculo que les une, una amistad inquebrantable forjada en la lucha, primero
por la supervivencia, después por un futuro. Un vínculo tan sólido que pone en
relieve el verdadero valor de la amistad, y que en el caso de Carmelo ha supuesto
incluso asumir voluntariamente el ser denostado y tildado de traidor de manera injusta,
cuando sólo actuaba movido por el único objetivo de salvaguardar a su amigo y a
su familia.
Por supuesto hay otros hombres y mujeres en
Puente Viejo que podrían entrar en la misma clasificación. Personas que contra
viento y marea defienden lo que piensan, y además hacen bandera de ello. Pero
voy a volver al principio, y a los hombres de La Quinta.
Es cierto que, como otras tramas, ésta
también ha tenido que hacer frente a una cierta decepción por la pérdida de las
expectativas creadas en cuanto a la que se creía su concepción inicial. Claro
que quizás es porque los espectadores acabamos montándonos películas infundadas
que jamás van a verse realizadas, quizás porque los responsables dejan que nos
las hagamos, quizás porqué conviene que así sea para mantener más tiempo la
tensión,…..pero también porqué las más de las veces dicen una cosa y, por lo que
sea, la realidad acaba siendo muy distinta.
Pero, aun así, hay algo en La Quinta que se
ha mantenido inalterable, y que considero que representa una diferencia
sustancial con otras tramas protagonistas. Porque ni Severo, ni Carmelo, han
mudado de personalidad, ni han hecho nada que les pusiera en el punto de mira y
fuera reprochable. Si, quizás algunos tropiezos, pero nada que altere sus firmes
principios.
Vale, rectifico. Tildar de tropiezo a matar
a un hombre (inocente o no, no hay diferencia) no entra dentro de la consideración
anterior. Y, por supuesto, Carmelo tendría que pagar por ello, porque la
impunidad no tendría que existir para nadie,…. aunque en Puente Viejo esto es
casi una utopía, porque pocos se libran de tener esta mancha en su historial. Incluso
algun@s, como la doña, no tendrían ni suficiente con diez vidas para
enmendarlo. Pero aun así, Carmelo no ha perdido su verdadera esencia, la del
hombre noble, generoso y leal del principio, la de la persona que ha aprendido
a hacerse fuerte con la adversidad y que ha extraído una lección de ello que le
permite ver a las personas desde su misma perspectiva, que cree en el valor de
la justicia social. Que a pesar de haber llegado a tener un cierto poder sobre
otros, jamás ha hecho uso de ello más que para defenderse. Pero ante todo una
persona que tiene conciencia. Lo hemos visto (y seguimos viendo): mató a un
hombre, dejándose llevar por la ira y el dolor, pero desde entonces este error no
le ha dejado vivir y le impide ser feliz. Y no sólo porque ahora además esté
Adela y la imposibilidad de amarla libremente, sinó porque los remordimientos
ya hicieron mella en él desde el primer día (recordar la escena desgarradora de
la confesión a Sol). Lo que demuestra que, a pesar de todo, es una persona íntegra,
que ha aprendido a aceptar sus derrotas y lo que ha hecho mal, y que antepone
los sentimientos de los demás a los suyos propios.
Casi el mismo perfil que Severo: un personaje
con un enorme corazón, que no ha olvidado de donde viene y cómo ha llegado a
donde está (olvidemos por un momento que ahora le han quitado todo
injustamente, pero seguro que vuelve a recuperarlo). Que a pesar de haber
escalado posiciones en la sociedad, jamás ha hecho uso de ello para someter a
nadie, que trabajó duramente, no por la ambición de hacerse rico y tener
resuelto su futuro, sinó para alcanzar lo que realmente deseaba con todas sus
fuerzas: encontrar a su hermana. Generoso, cercano, fiel a unos principios en
los que la prioridad son las personas,… amante, entregado y tierno esposo, probablemente
un estupendo padre (¡¡que ganas de verlo en esta tesitura!!), amigo
incondicional de sus amigos. Pero (siempre hay un pero) con un punto de impulsividad
y tozudez, que mezclado con una cierta ingenuidad, a veces le hace vulnerable
al confiar demasiado en algunas personas que no lo merecen. Y algo de lo que se
aprovechan algunos (aunque espero que no vuelva a ser Francisca, porque ya
sería el acabose)
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