“El miedo es el camino hacia el lado oscuro.
El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento.
Percibo mucho miedo en ti”
-Yoda a Anakin Skywalker (Star Wars)
Pero ¿es miedo
o temor lo que atenaza a Severo? ¿Qué diferencia hay entre un sentimiento y
otro? ¿O acaso la línea es tan fina que es difícil diferenciarlo?
La definición
de miedo es la del sentimiento que experimenta alguien ante la posibilidad de
que le suceda algo contrario a lo que desea. La del temor es la de huir o
evitar situaciones de peligro imaginario. Pero ambos sentimientos pueden hacer
que una persona se quede quieta, ambos hacen dudar, por lo que es difícil
establecer cuando el temor se convierte en miedo, o al contrario.
Lo que es
claro es que Severo no es un hombre cobarde, sino que es una persona que ha
sabido hacerle frente a la vida con determinación y coraje. Y que no se amilana
fácilmente, aunque también es cierto que el poder puede ayudar en ocasiones y
en ciertos casos. Pero ni siquiera él, con todo lo que tiene al alcance, puede
controlarlo todo.
Y ahora
Severo tiene mucho que perder, y no es un tema económico. Sabemos que el dinero
para él solo ha sido un fin, no una ambición. Y si bien es cierto que el tener
posibles le ha permitido lo que más deseaba en este mundo, que era
reencontrarse con su hermana, ahora también es su talón de Aquiles al ponerlo
en el punto de mira de los que odian a las élites. No importa que sea justo con
sus subordinados, ni su generosidad, ni que sea una persona sin ínfulas, ni que
su familia también tenga estas mismas cualidades: para los extremistas es un
hombre rico y poderoso, y esto es suficiente para ser odiados.
Pero aún a
pesar de que Severo ya ha asumido esto último, es mucho más difícil, por no
decir insoportable, hacerlo del hecho de que ello le está poniendo en peligro
no solo a él, sino principalmente a toda su familia. Algo que es claro que a
casi todo el mundo (y ahora me refiero a la vida real) llevaría a mal traer, y
que podría impulsar a tomar decisiones parecidas y extremas. Sean erróneas o no.
Tampoco hay
que olvidar que, en el caso concreto de Severo, ha adolecido buena parte de su
vida del calor de una familia, y que es ahora cuando puede disfrutarla. Tiene
una esposa a la que le une un amor tierno y profundo, una hermana a la que
adora, un cuñado con el que le une una muy buena relación y el compañero, casi hermano,
que ha sido durante años su mejor apoyo para salir adelante y llegar a donde
está. Es fácil entender que el solo pensamiento de que alguno de ellos pueda sufrir
algún percance, debe ser insoportable.
Y es evidente
que le importa mucho el hecho de salvaguardar a todos los suyos, por lo que
entra dentro de lo comprensible que no dude demasiado en tragarse su orgullo para
hacer lo que crea conveniente por ellos. Es su responsabilidad, y a ello se
aferra. Y si para conseguir su propósito ha de pactar con el diablo no parece
que esto vaya a detenerle.
Sin embargo
cuando este diablo tiene además forma de una mujer concreta, las cosas
adquieren otra dimensión. Aunque siempre visto desde la óptica de los demás,
incluid@s los espectadores. Porque en su determinación está permitiendo que
Francisca le manipule. De manera sutil, pero implacable, como es ella. Haciendo
al mismo tiempo que Severo dé la imagen de bobo, ingenuo o cualquier otra cosa
peor, y con el agravante de que sabe cómo las gasta la doña, de que no puede
confiar en ella. Encima aliarse con ella le lleva a enfrentarse con toda su
familia, y probablemente en el futuro a Hernando Doscasas, porque es claro que
este es el objetivo de Francisca. Y por encima de todo, olvidando que uno de
los motivos que le llevaron a PV fue precisamente resarcirse de todo lo que ésta
le había hecho pasar a él y a su familia, y que parece haber quedado en segundo
plano. ¿Por qué? ¿Por intereses de la producción del programa, para dar entrada
a otros, por agotamiento de ideas,….?
Y aquí llega además
una protesta, de la que me hago eco, pues no es sólo mía. Demasiadas veces
hemos visto como para dar protagonismo a uno o una se hunde en el fango a
alguien más. Ahora le toca otra vez a Severo (y ya van…) Y creo que ya no es
cansancio sino que llega mucho más lejos, que Francisca sea de las que
invariablemente suela llevarse el gato al agua. Nadie, ni siquiera ella o
alguien como ella, puede ganar siempre.
Y van a
conseguir que la gente huya por agotamiento.
(Por cierto:
acabo de ver las audiencias del miércoles. Creo que si no se ponen las pilas todo
esto va a tener pronto fecha de caducidad. Lo cual, ya lo digo, voy a lamentar profundamente).
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