Se dice en el
mismo que El Secreto de Puente Viejo se vendió como una serie dramática y que
por ello nadie se puede quejar por las tramas. Pienso que esto no es exacto, y que
más bien se presentó como un producto que pretendía sacar el máximo partido a
las premisas de la literatura romántica, con sus amores imposibles, venganzas,
traiciones…y secretos inconfesables (o al menos así se describe en la página de
la productora) Y sí, todo empezó con una
situación dramática, pero que enseguida se vio rodeada de otras tramas que
abarcaban aspectos que no entraban plenamente en esta consideración. Por lo que creo que hablar de serie dramática
no está ajustado a la realidad, a menos que se entienda por el abusivo uso de
este recurso en su sentido más literal, y además de manera extendida.
Dando un
rápido repaso a la información que se encuentra en internet, se desprende que dentro
de esta clasificación entran sub-géneros como la comedia, la tragedia, el
melodrama y lo que se concibe con finalidad didáctica. Y se puede llegar a la
conclusión que en Puente Viejo se ha hecho una amalgama de todo ello (excepto
lo de didáctico. Porque aun con el hecho de que en ocasiones también hagan
incursiones en la historia y traigan temas curiosos, por lo demás la telenovela
no aporta nada de positivo,… y menos de instructivo).
Entiendo
que aun aceptando que ha de existir una parte relacionada con el sufrimiento, todo el
resto de lo que configura la telenovela no tiene por que pasar por lo mismo, si no que tendría que estar rodeado de
otras historias que, además de poner un contrapunto de luz y color a las
tramas, reflejen todo el amplio espectro de una sociedad. Historias de amor, de
cotidianidad, de ilusiones, deseos o momentos felices, de risas y llantos, de
llegadas y despedidas no necesariamente traumáticas…….
Nada de
ello existe ahora en Puente Viejo, solo desgracias generalizadas de las que no
se ve salida inmediata, ni parcial, ni totalmente.
¿Qué lo
hemos estado viendo durante siete años y ahora la gente se queja? Creo que
quejas ha habido siempre, pero en este momento quizás es cierto que existen en
mayor número. Y por ello habría que preguntarse si no será el abuso de tanto drama
el causante de que la gente empiece a estar cansada de ver que siempre que se acaba
acudiendo a este recurso. Después lo que se me ocurre es que aquello que se
dice de que “como está montado así, pues hay que resignarse a que nada cambie”,
sea para algunos el argumento para que la telenovela siga sin modificar el
rumbo. Pero esto me parece una simplicidad, porque indicaría que somos como un
rebaño que se deja conducir a donde quieren los mandamases. Y esto ya no es así
para todo el mundo, porque también hay algo que se llama criterio.
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