No me
gustaría que esto se interpretara como un comentario clasista, pero lo cierto
es que aún con lo poco que conocemos del perfil de Irene, considero que encaja
perfectamente con el personaje de Severo. Mujer independiente, capaz de valerse
por sí misma, culta y decidida (cualidades que por otra parte se le han de
suponer a una periodista, que además parece que encamina su trabajo hacia los
temas de investigación), apasionada por su trabajo…..también empática y con las
ideas claras. Y el hecho de que además haya decidido ejercer en una profesión
reservada casi exclusivamente a los hombres, denota también sus ideas feministas,
las de hacer valer el derecho de una mujer a romper moldes en una sociedad
profundamente machista y patriarcal como la de la época.
Por otra
parte unas cualidades que para Severo no son ajenas porque son parecidas a las
que también adornaban a Candela, que además poseía otras muchas: generosidad,
ternura, dulzura,……un sinfín de virtudes que a lo largo de los años fueron
conformando un personaje único e inimitable.
Por supuesto
no pretendo decir que Irene no esté también en posesión de las mismas, pero
ahora mismo no es mucho lo que se puede
decir de este personaje. Y es esto lo que echo en falta: una profundización,
una historia que lo sustente.
Y sé que
hacer esta afirmación va a causar más de una polémica, pero me da la impresión
que con las prisas de encajar a Irene en la telenovela han empezado la casa por
el tejado: primero traen al personaje, y después es de suponer que van a
desarrollar una historia en torno a éste.
Y como también he dicho en otras ocasiones, no entiendo la necesidad de estas prisas, salvo que se trate
de algo que pusieron en boca del mismo Severo: la decisión de no embarcarse en
una lucha con la Montenegro para recuperar lo que es suyo, con la justificación
de que él ahora tiene un niño a su cargo. (¡¡Como si en el pasado esta
justificación no se hubiera pasado por alto cuando era el cabeza de familia de
un hogar con una esposa, una hermana, un cuñado, un sobrino y un amigo fiel!!)
Así que
parece que ya han renunciado al tema de un duelo entre Severo y la Paca con
respecto a La Quinta Miel Amarga (un tema que cada vez es más evidente que no
interesa resucitar), cosa que reafirma lo que se viene mascando desde hace
tiempo: la inviolabilidad de Francisca. Por lo que en consecuencia, y para darle algo de visibilidad a Severo,
solo parece existir otra opción: una relación romántica. Aunque con ello nos
encontremos con un “daño colateral”: Severo pasa a segundo plano, porque ahora
vemos como es Irene quién lleva el protagonismo de esta trama.
Pero me he
desviado algo de lo que quería hacer notar, y por ello vuelvo al tema del
personaje de Irene.
Casi todos
los personajes que se espera tengan algo de recorrido en la telenovela, han llegado a Puente
Viejo con una historia a cuestas, incluso con un fin determinado,….. Si claro, se
puede hablar de que Irene ha venido a hacerse cargo de un niño, y además
renunciando a su independencia y aceptando que esto va a condicionar su futuro
(probablemente más de lo que piensa). Pero todo ello sin tener ningún vínculo
con el pequeño más que el afectivo (que por descontado es importante, pero no
tiene por qué ser definitivo ¿o acaso los padres de acogida no pasan por este
trance?). Como tampoco tiene, por ahora, ningún vínculo con el padre y sin
embargo está viviendo en la casa de éste, lo que como mínimo es una situación
anómala,…. más teniendo en cuenta que su estatus no tiene nada que ver con el
de una institutriz, niñera, ni nada por el estilo (lo que lleva técnicamente a
una situación parecida al concubinato,.. que tampoco es el caso). Y todo ello
obligándola a enfrentarse a la doble moral imperante en la época, en la que
mientras para el género masculino estas situaciones eran como mínimo toleradas,
cuando no aplaudidas (ver que nadie censura a Severo por ello), para las féminas
cualquier desviación de lo que se consideraba norma imperante era visto como
algo amoral y significaba quedar señaladas de por vida.
Vale, Irene si
tiene una historia, aunque algo difusa. Y probablemente de haber vivido su
esposo y su hijo, su independencia también se habría visto mermada por esa
doble condición de esposa y madre. Pero no es lo mismo que sustituirlos por un
niño que no es suyo y un hombre al que apenas conoce, yéndose a vivir a un
pueblo que al estar alejado de las grandes urbes tampoco le permite desarrollar
su trabajo en las mejores condiciones.
Por supuesto
entiendo que todo esto es solo una licencia para introducir este personaje en
la vida de Severo, con la más que probable intención de que con el tiempo
lleguen a una relación romántica. Y también por descontado me parece bien que
Severo intente rehacer su vida y ser feliz, después de que a lo largo de la
telenovela la mente cada vez más retorcida de los guionistas le haya procurado todas
las situaciones extremas posibles.
También soy
consciente de que quizás estoy poniendo la venda antes que la herida,
adelantando posibilidades que a pesar de que todo indica que van a dejar de
serlo para convertirse en hechos, tampoco hay ninguna seguridad de que vayan a
suceder tal como se conjetura.
Y llegados a
este punto sé que habrá quien haya llegado a la conclusión que este es otro
comentario negativo sobre Irene y que no se trata más que de un rechazo a
cualquier personaje femenino que pueda venir a ocupar el lugar de Candela. Y no
voy a negar que hace unos dias podría haber habido algo de ello, pero ahora no
es este el sentido que pretendo para este escrito. Creo que a medida que ha ido
pasando el tiempo, los guionistas cada vez cuidan menos el detalle, no se
preocupan de desarrollar a los personajes ni de dotarlos de tramas convincentes,
y también que por alguna razón desconocida han llegado a la conclusión de que
no hay trama posible que no pase por el sufrimiento cuanto más extremo mejor. Sin
olvidar lo que considero peor, pero desgraciadamente parece funcionar: que creen
a pies juntillas que l@s seguidores tragamos con todo, sea lo que sea lo que
nos echen (no es mi caso ahora, pero admito que lo ha sido).
Pero quizás
tensar la cuerda demasiado acabe al final pasándoles factura.
Al tiempo.