14 de agosto de 2017

Cualquier tiempo pasado fue mejor. O no.

Para mi sorpresa, ahora mismo lo mejor de la serie no es ésta en sí, si no los comentarios que suscita en las redes sociales y otros foros. Lo cual por supuesto, me parece estupendo. Porque también lleva aparejada la constatación que es posible tener opiniones discrepantes sobre cualquier tema, y defenderlo sin llegar al insulto y la descalificación. 
El ejemplo más ilustrativo ahora mismo son los ríos de tinta (en sentido metafórico) que está generando la historia de Beatriz, y por extensión de todo lo que atañe a Los Manantiales. Y que a pesar de las posiciones antagónicas que existen en torno a este tema, se siga hablando de ello con educación y respeto a las opiniones de los demás, con solo algún caso aislado y nada representativo de la gran mayoría.
Pero no es mi intención hablar de Beatriz. De hecho admito que es un tema que he estado esquivando, en especial porque ya casi se ha dicho todo en un sentido u otro. Vale, puede sonar también a cobardía, pero creo que quien me conoce ya sabe cómo pienso sobre ello y que no tengo muy buena opinión sobre la deriva de este personaje. Así que mejor pasar un tupido velo, más cuando es un personaje con fecha de caducidad próxima. 

Acabo de leer algunos razonados comentarios a raíz de una cuestión planteada en un post sobre la que parece la línea de las nuevas tramas: una especie de remake, apelando a la nostalgia de tiempos pasados. Intención que es bien visible para tod@s, no solo por la apariencia de los nuevos, si no también por la insistencia en establecer comparaciones, especialmente con Pepa y Tristán. Pero creo que los responsables de las serie lo tienen complicado si es esta la intención, porque ni los seguidores son los mismos, ni los que hay ahora se lo tragan todo. En realidad creo que tod@s nos hemos vuelto mucho más exigentes, mientras que los guiones parece que van en sentido inverso y los personajes son cada vez menos trabajados. Como si solo se tratara de rellenar un espacio por las tardes, sin más pretensiones.
Vale que es muy fácil hablar desde el desconocimiento del trabajo de los guionistas y del porqué de determinadas líneas de guion. Y también es fácil criticar cuando se considera que se han equivocado, olvidando que todo el mundo es susceptible de ello y que tampoco es fácil contentar a todos. Pero cuando el clamor ya hace tiempo que empieza a ser generalizado, es evidente que algo está fallando y quizás tendrían que escuchar o valorar la opinión de la otra parte. Porque en realidad han tenido muchas oportunidades para avanzar, para crear tramas potentes y originales a partir de incorporaciones que levantaron en su momento grandes expectativas…y que han desperdiciado. Quizás porque ha primado más la comercialización, o porque ha nublado la realidad el éxito obtenido en otros países, pero a la larga se está demostrando que ha sido un error.
Y ahora parece que con volver a una especie de planteamiento inicial de la serie, se pretende reconducirlo. Pero el estropicio ya está hecho. Hay un refrán que dice que “cualquier tiempo pasado fue mejor” y otro que dice que “segundas partes nunca fueron buenas”. Quizás son frases muy categóricas que no siempre se cumplen a rajatabla, pero creo que tendrían que mejorar mucho las cosas para que no se cumplan.
Porque el panorama es realmente desalentador. O cuando menos con pocas posibilidades para ser optimista en cuanto al desarrollo futuro. Todo parece volver a girar en torno a Francisca y su permanente capacidad para estropear las vidas de los demás, ya sea los que tiene cerca, manteniéndolos en la inopia y manejándolos a su antojo, ya sea apartando, sin reparar en los medios, a los que tienen la mala suerte de cruzarse en su camino. Con el solo hecho diferencial de, como decía un comentario (me parece que de Mariam), que ahora las perversiones salen de la cabeza de Prudencio, dejando a Francisca como colaboradora necesaria, pero sin ser la cabeza pensante más que en temas como el de Fe.  Y así pretendiendo aparentemente una especie de lavado de cara, que sin embargo no logra evitar que la gente siga recordando y especialmente siga deseando que se haga justicia, que desaparezca de una vez para siempre la impunidad instalada en torno a este personaje.
Justicia que, por cierto, parece que no llega para los de La Quinta, cuya actualidad se puede resumir ahora en pocas palabras: apariciones sin apenas fuste, cortas y escasas. Especialmente en el caso de Severo y Candela, que incluso muchos días ni siquiera salen en pantalla. Pero ¿alguien se ha molestado en valorar el impacto de estos personajes y el interés que siguen generando? ¿Alguien se ha dado cuenta que a día de hoy son los únicos con posibilidades para enfrentarse a Francisca? (y cuando digo alguien me refiero principalmente a los responsables de la serie). ¿Alguien recuerda que Severo y Carmelo recuperaron las fábricas y el dinero, y por lo tanto disponen de posibles?
Por cierto, algunos apuntes. O más bien preguntas.
-Vemos siempre a Hernando inundado de papeles para gestionar la empresa. ¿Por qué nunca vemos a Severo y Carmelo trabajando en la suya o suyas? ¿Por qué no vemos a Carmelo ejerciendo de alcalde y lo limitan solo a ser instrumento de venganza contra Francisca?
-Hay otro personaje con posibles en el pueblo: Nicolás. Y una se pregunta ¿que hace en Puente Viejo, si tiene todos sus negocios en Murcia? (Evidentemente Alejandro tiene un contrato que hay que cumplir, lo que hace que esté en la serie. Y espero que por muchos años) Pero también tiene suficiente entidad y tablas como para tener trama propia y no ser satélite de otros. Además ¿qué va a ser de este personaje cuando desaparezcan los de Los Manantiales?
-¿Por qué los del colmado tienen tanto protagonismo? Por supuesto me refiero a los personajes, porque los actores son estupendos. Pero en el plano real ¿es posible que cuatro personas puedan subsistir con los beneficios de un negocio como éste? ¿Es posible que en una sola familia se den tantos casos de tontería supina?
Y asi………………………………                                                  

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