21 de junio de 2017

Los hermanos Ortega

Siempre he creído que era capaz de poner suficiente distancia entre la ficción de la novela y la vida real, pero reconozco que la trama actual de Francisca está consiguiendo sacarme de quicio.
Y me sorprendo a mí misma con ello, porque nunca en estos seis años lo había conseguido con la misma intensidad que ahora. Así que pienso que no es solo la trama, si no el cansancio de ver siempre lo mismo, de ser testigo de como este personaje corrompe todo lo que tiene alrededor y siempre consigue salir airosa.
Con unos guiones a su servicio, ya han conseguido con ello destrozar al personaje de Raimundo, al que han convertido en un pelele incapaz de ver más allá de sus narices. Nunca está, nunca ve, nunca oye,….ahora solo lo hace a través de alguien que cuando se da la vuelta ya le está manipulando y engañando como a un pardillo. Un hombre que ha estado en prisión y desterrado por defender sus convicciones y que ahora se deja convencer sin apenas protestar, que pone el corazón antes que la razón, que ha aparcado sus ideales, que olvida la palabra dada, que prefiere mirar hacia otro lado, que es incapaz de hacer que sus razones sean escuchadas por Francisca,…….que parece convencido que con su cercanía y dándole su amor va a hacerla cambiar o al menos frenarla, cuando ello es imposible.
Y se está demostrando a cada día que pasa.
Por lo que me temo que los dos nuevos personajes que estarán en la órbita de la doña van a seguir el mismo camino. Con muchas reminiscencias del personaje de Bosco, veo en Saúl a una buena persona que seguro que en pocos días se va a enfrentar a todo el mundo para defender a su “benefactora”. De hecho ya han empezado con una trama similar, salvando a Francisca de morir en manos de malhechores (con algunos retoques viene a ser lo mismo en los dos casos). Y me temo que todo lo que va a venir a continuación va a ser de lo más previsible. Evidentemente esto solo son conjeturas, pero estoy segura que no voy muy desencaminada. Como también lo estoy que va a tener que pasar un buen tiempo hasta que Saúl descubra la verdadera naturaleza de la Montenegro.
Sin embargo si lo anterior incluso puedo aceptarlo como algo inevitable, no es lo mismo con la idea de que Francisca le vea como a un segundo Tristán. La sola idea ofende, primero porque no pueden apelar a la nostalgia en este caso, cuando Francisca trató tan mal a su hijo, olvidándose de él cuando más necesitaba su apoyo, cuando hizo todo lo posible para que no fuera feliz con las personas que él había escogido, cuando ha renegado incluso de toda su descendencia llegando al punto de intentar deshacerse de los hijos de éste. Pero especialmente porque creo que el personaje de Tristán es imposible de reemplazar, primero por su personalidad (por supuesto con sus carencias y virtudes), pero también por su carisma indiscutible.  
De Prudencio hay menos información, aunque ya sabemos que tiene un carácter diferente a su hermano (aquí las semejanzas con los Buendía). Y que es más ambicioso.
Por supuesto espero equivocarme, porque de entrada me gustan Saul y su hermano, y porque no quiero verlos andando el mismo camino que han seguido sus predecesores cuando se han cruzado con la Montenegro. Pero no esta vez no voy a ponerme expectativas, porque demasiadas veces se han frustrado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario