6 de octubre de 2016

Adiós Elias !!

La palabra psicópata seguramente trae para la mayoría la imagen de una/un individuo siniestro y violento.
De hecho la definición que se hace de este tipo de persona es la de alguien a quien le falta capacidad para ponerse en el lugar de los demás, no sintiendo emociones hacia las personas que le rodean. Son sujetos que no tienen remordimientos, y que hacer daño a otros, de la manera que sea, no les genera ningún problema de conciencia. Pero que no necesariamente han que tener el aspecto diabólico de Freddy Krueger, si no que pueden esconder su condición bajo una apariencia amable, incluso seductora, adaptándose como camaleones a la situación que les conviene para sus intereses.
Admito que Elías al principio consiguió engañarme. Nada que sospechar de un hombre que se mostraba encantador con Beatriz y que consiguió ganarse su confianza y la de Camila. Un hombre que, arriesgándose a perder su trabajo, ayudó a Carmelo a buscar agua y lo hizo sin esperar una recompensa por ello (bueno, quizás el agradecimiento, aunque nunca llegó a utilizar esta baza). Y que sólo cuando empezó a dejar que sus bajos instintos tomaran el mando, dejó asomar sus verdaderas intenciones.
No voy a adentrarme en disquisiciones psicológicas porque confieso mi total ignorancia sobre el tema, así que mi comentario solo puede ir en la dirección de lo que me dictaba la visión de la situación y el cambio brutal de este personaje, dejando asomar la que parecía su verdadera personalidad: una persona desquiciada, que no distinguía la realidad de sus deseos, y que además era capaz de justificar sus acciones violentas sin mostrar el más mínimo arrepentimiento.
No es el primero que irrumpe con estas características en la serie: ha habido otras y otros con igual sed de mal. Incluso Francisca entraría dentro de esta definición, aunque lo suyo es difícil de cualificar cuando a veces aparece como por ensalmo otra persona que parece que incluso tenga sentimientos. Una visión que, por cierto, suele ser fugaz, para reaparecer en su lugar la misma Francisca de siempre, despiadada y rencorosa.
Pero hablaba de Elías, un personaje que ha tenido un final abrupto, incapaz de asumir un error. O quizás por la cobardía de saberse perdido sin remedio.
Sin embargo lo que me desconcierta más de esta historia es precisamente que la hayan finiquitado tan rápido y sin sacarle más rendimiento (que considero que lo tenía). Y además que hayan acabado con el personaje, y por ende con el trabajo de un estupendo actor como Jaime Llorente, casi por la puerta de atrás y sin posibilidad de retorno.
Cierto que también hemos asistido al cambio gradual de personalidad del químico, y hemos visto su verdadera apariencia, pero una vez puesta al descubierto para todos (y no solo para los espectadores) pienso que no han permitido que desarrollara todo el potencial. ¡¡Y a otra cosa mariposa!!
Mientras la trama de La Quinta se ha convertido en una historia interminable y sin apenas sustancia, provocando que seis personajes dejen de provocar interés por lo repetitivo de sus escenas (salvo a las y los que nos mantenemos fieles a esta trama), hemos de asistir casi atónitos al final de una figura que si había conseguido despertar, aunque fuera sentimientos encontrados, y en consecuencia hacer correr ríos de tinta. Un personaje del que seguramente nadie esperaba un desenlace tan rápido, y además sin luz ni taquígrafos. 
Pero supongo que tendremos que acostumbrarnos a esta nueva manera de entender la serie. O apagar y buscar otras distracciones. 

2 comentarios:

  1. l'hanno fatto uscire in modo assurdo e affrettato. Credo che avrebbe potuto dare ancora molto alla trama

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  2. O quizás no se haya ido... pues no hay mensaje de despedida.

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