1 de enero de 2016

A rey muerto, rey puesto

A rey muerto, rey puesto

Esto es lo que parece que piensa Francisca, que ni siquiera ha esperado que el cadáver de Bosco se enfriara para volver a las andadas. Con lo que además para mi queda patente algo: que para ella el cariño es algo accesorio, que su principal prioridad es perpetuarse ella y su estirpe, al precio que sea.
Y oír decirle a Mauricio que nadie puede entender su dolor produce al mismo tiempo indignación e hilaridad. Lo primero porque al parecer presupone que nadie sufre como ella y olvida el reguero de desolación que ha causado, lo segundo porque pensándolo bien es una verdad como un templo: nadie puede entender el tipo de supuesto dolor que dice sufrir, porque no parece que haya necesitado mucho tiempo para sobreponerse a la pérdida de Bosco, y la apariencia es que ya ni siente, ni padece. Tampoco parece importarle el respeto a la voluntad de un muerto, solo porque cree que son más prioritarios sus intereses.
Realmente la personalidad de Francisca es compleja y peligrosa, algo que es innecesario remarcar. Lo curioso de este caso es que si fuera otro personaje casi con toda seguridad sería tachada de desequilibrada (y me remito a tod@s los que han pasado por la serie que han mostrado actitudes perversas, y que han sido calificados de tal). En cambio para Francisca parece existir una especie de resignación general, como si su actitud fuera inevitable, e incluso justificada. Y la verdad es que viendo algunos comentarios una casi se tiene que echar las manos a la cabeza, hasta recordar que se trata de una ficción y que quienes justifican algunas cosas se espera que lo hagan pensando en la ficción y no en la vida real. Por ejemplo, no hace mucho leía refiriéndose a León, el marido de Francisca que fue “convenientemente ayudado” a morir por ésta, que total se iba a morir igual. ¿En serio alguien puede pensar esto, aunque sea en broma, solo para defender a un personaje?
De hecho solo hace falta hacer una búsqueda por internet para encontrar la palabra para definir a una persona como Francisca: psicópata.
“Necesariamente no quiere decir que siempre sean personas malas, sino simplemente que no sienten empatía por el prójimo, ni remordimiento por sus actos, con todo lo que esto significa. Viven bajo sus propias reglas, y solo sienten culpa cuando rompen con su código. Para los psicópatas las personas son cosas, objetos que sirven para satisfacer sus propios intereses. Si su “programación” no implica lastimar al otro, no lo harán. Y podrán vivir en comunidad porque comprenden los códigos sociales. Se adaptan. Lo terrible sucede cuando no pueden evitar hacer daño. Porque la mayoría no comete delitos, aunque no tienen reparos en mentir, manipular o lastimar para conseguir lo que tienen en mente” (http://id.tudiscovery.com/20-claves-para-detectar-a-un-psicopata/)
¿A que la mayoría de rasgos coinciden?
En menos de una semana hemos visto a un personaje que parece haberse sacudido la culpa por haber sido la mano ejecutora (involuntaria, pero culpable por omisión) de la muerte de un ser querido, que obvia la última voluntad de un difunto y que se ha hecho con un niño con la sola idea de poseer un heredero de su sangre, al que poder forjar a su imagen y semejanza. Evidentemente porque el clasismo la lleva a creer que los Montenegro son superiores al resto de los mortales. Pero, ¿qué hay que tener para ser un auténtico Montenegro? Es evidente que ha de tener una buena educación, disciplina para seguir las normas de la sociedad (por supuesto la alta sociedad), tener capacidad de manipulación, poca conciencia,…y sobretodo tener poder, mucho poder, para hacer y deshacer a antojo. Y esto es lo que le puede esperar a Beltrán, incluido quizás cariño, pero posesivo y excluyente.
Y ahora viene aquello de que Francisca es la única familia consanguínea del chico (cosa que no es cierta), que ella puede darle estabilidad y seguridad, y que es complicado que Aurora pueda hacerse cargo de un niño y seguir al mismo tiempo con sus planes de futuro. Hay que admitir que todo ello es cierto. Pero también lo es que, a pesar de no ser familia directa, también Candela y Rosario pueden darle a Beltrán una buena educación, además del cariño y un entorno cálido y cercano. Porque los sentimientos no entienden de sangre, y ambas ya han demostrado con creces que es así.  Además hay razones en contra de Francisca y es que se trata de una mujer mayor (la esperanza de vida en 1922 estaba situada entre el 10%  y 13% de la población mayor de 60 años), y en cambio Aurora es joven y también tiene medios para darle una buena vida al niño.
Otro tema es la repentina necesidad de Francisca de tener un heredero. Durante más de 16 años ignoró a su hijo Tristán, a la pequeña Aurora, y dejó que su otra hija, Soledad, languideciera en un convento. Entonces no tenía herederos, ¿porqué ahora es diferente? ¿Será porque ve más cercano el final de sus días?
Y no lo dejo sin volver a una cuestión que ya he planteado en otras ocasiones. Reconozco que, cada vez más, me subleva leer aquello de que sin Francisca la serie no tiene sentido. Por supuesto no creo que sea más imprescindible que otros personajes. Y es cierto que en todas las series suele haber el contrapunto a la parte buena, pero no es fácil encontrar una que tenga un personaje que llegue hasta el punto de Francisca, o al menos que consiga salir siempre bien librado de todo. Por lo que creo que, como decía alguien en un comentario, la gente ya empieza a estar cansada de ello, y no tendría problemas en asumir que esta trama se fuera diluyendo, dejando que otras historias pudieran salir adelante sin que siempre pendiera la sombra de la doña para estropearlas.
¡Como si la vida misma no fuera suficiente para poner problemas!

2 comentarios:

  1. Dejo de ver la serie unos meses y la que me encuentro al volver. Lo de esta serie es de traca. Cinco años con la misma villana, ya les vale. La Paca ha enterrado ya a dos maridos, un hijo, una nuera, una ahijada, dos nietos y un bisnieto (oficialmente Martín, María y su hija están muertos). Viendo eso yo no le confiaba otro descendiente ni a tiros. Solo queda Aurora, que lo mejor que podría hacer es marcharse con el niño fuera y dejar a la Montenegro sola para que pudra y se muera de una santa vez.

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    1. Gracias por comentar.
      Tienes toda la razón. De hecho ya lo comento, que el personaje de Francisca no tiene porque ser imprescindible, y que hay otras tramas que podrían ser desarrolladas dejando a la doña al margen. Decir lo contrario es dar poco crédito a los guionistas, y dejar la idea de que se han instalado en la comodidad de tramas que no suponen ningún aliciente, porque son totalmente previsibles.

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