8 de enero de 2018

Drama ¿si, o no?

Dos frases totalmente antagónicas:
"Queremos más dramas, porque el drama vende, nos atrae, nos entretiene y actualiza los clásicos. Queremos más dramas en nuestras vidas para consumir porque solo así lo de siempre parece nuevo”. (Bob Pop)
O
“No quiero más dramas en mi vida. Solo comedias entretenidas. Así que no me vengas con historias de celos, llantos y tragedias,….no  (canción de Fangoria)
¿Quién tiene razón?
En algunas ocasiones hemos oído a guionistas y actores justificar las tramas duras con la excusa de que ello permite un mayor lucimiento. Y es posible que haya algo de cierto en ello, aunque no creo que la medida de la profesionalidad de un actor o actriz se pueda ponderar solo por estos papeles.
Por la situación geográfica en la que está circunscrita mi casa, lejos de lugares donde se dan eventos teatrales, no tengo mucha ocasión de asistir a éstos, por lo que mi valoración de los actores y actrices se sustenta básicamente de verlos en la pequeña pantalla, y lo que haya podido ocasionalmente leer sobre ellos. Pero si alguna vez he podido verlos en persona, he de decir que, en mi opinión, la afirmación anterior no se ajusta a la realidad. Porque por ejemplo, y ciñéndome exclusivamente a los actores que han estado o siguen en Puente Viejo, he tenido la suerte de poder ver a Àlex Gadea y Ramon Ibarra a menos de un par de metros interpretando un papel bien diferente al que dieron/dan vida en Puente Viejo. También he tenido ocasión de ver desde la segunda fila a Jordi Coll, cantando y actuando en un musical, a Alvaro Morte junto con Carlos de Austria en una obra medio musical, medio comedia…….y últimamente he tenido ocasión de disfrutar de Chico García en un papel diametralmente distinto al que interpreta en Puente Viejo, luciendo toda su profesionalidad en una obra en la que el humor y la picaresca se entrelazan con la denuncia social y el teatro clásico. Y os puedo asegurar que todos ellos consiguieron dejarme a mí y a todos los concurrentes al espectáculo, con un buen sabor de boca… y ello sin tener que recurrir al drama. De hecho todos lo lograron mayoritariamente mediante la sonrisa y el buen humor, lo que demuestra que también esto puede vender,….. aunque sea en un formato más reducido.
Y ahora es cuando me dicen que un producto televisivo requiere de determinadas pautas para ser comercial. Pero me cuesta aceptar que la idea sea que el drama tenga que ocupar la mayor parte del tiempo, en detrimento de secuencias de una mayor carga romántica, o que simplemente entren dentro de la normalidad o la cotidianidad.
Desconozco el rumbo de otras telenovelas y si este recurso del drama es la regla y no la excepción, por lo que tengo que ceñirme a la única que veo (no incluyo las series de prime-time, porque pienso que van por otros derroteros). Y el caso es que Puente Viejo se ha convertido en un drama continuado, en el que casi nadie tiene tregua, en el que los malvados se suceden cada vez a mayor ritmo, a veces incluso a pares, (por descontado sin contar a la omnipresente e incombustible Francisca y su mayor secuaz) …..y en el que los buenos o son ingenuos, o no se enteran de nada.
Claro que a veces olvidamos el contexto en el que se sitúa la telenovela y que la sociedad de 1925 era muy diferente de la actual, que la población estaba mucho más sometida (en especial las mujeres) y que la clase alta, a pesar de la dictadura, seguía disponiendo de enormes privilegios que desgraciadamente aún perduran en el tiempo. También hay que tener en cuenta que en el entorno rural los recursos eran limitados, y el acceso a la cultura y educación bastante complicados,….aunque esto último e inteligencia no siempre vayan aparejados. Pero ello no implica que la gente fuera infeliz en general, incluso creo que ha de ser estadísticamente imposible que puedan suceder tantas desgracias, sobrevenidas o no, en tan corto espacio de tiempo y en un ámbito tan limitado como un pueblo pequeño y alejado de grandes concentraciones de población. Aunque también es cierto que precisamente por esto último, quizás fuera más fácil someter a la gente.
Por supuesto también entiendo que hay que ponerle movimiento a las tramas, pero lo que no acabo de comprender es que tengan que utilizarse siempre los mismos recursos. Aunque es de suponer que ando muy errada si espero algo diferente, cuando pueden hacer las barrabasadas que sean y la audiencia sigue respaldando el producto,…..aunque sea con no demasiada alegría. 

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