25 de septiembre de 2017

La eterna venganza. O volver al principio.

Hace apenas un año, mis noches tenían básicamente dos objetivos: leer un libro y ver Puente Viejo. Y no necesariamente por este orden, pues a veces el cansancio y el sueño impedían que el primero se materializase. Pero el visionado de Puente Viejo seguro que no me lo perdía.
Afortunadamente para mi salud mental, ahora ya no es así y se han cambiado las prioridades. Incluso me pierdo muchos días el capítulo y solamente lo grabo para poder cumplir con mi compromiso con la administración de algunas de las páginas de la serie.
Lo lamento, pero ha dejado de interesarme. Y solamente la sigo por los de La Quinta, los únicos que siguen llamándome un poco la atención. Y también porque pienso que se lo debo especialmente a uno de ellos, que tuvo un gesto conmigo que le agradeceré siempre.
Quizás el haber vivido con tanta pasión la serie me ha pasado factura, o quizás los motivos sean el cansancio después de tantos años, o la desilusión, o la previsibilidad de las tramas………..el caso es que no consigo encontrar ahora mismo algo que me haga volver a aquellos días en que esperaba el capítulo con ganas.
Cierto que la televisión tampoco es uno de mis hobbies, y admito que veo pocos programas y solo algunos capítulos sueltos de series………básicamente las que empiezan una trama y la terminan en el mismo capítulo.  Y no es que se trate de impaciencia por los resultados, si no de que realmente he llegado a la conclusión que así ha de ser el entretenimiento. Algo que, en mi opinión, no es lo que aporta Puente Viejo ahora mismo, si no que solo trae tramas que se alargan meses y meses para después quedar a medio aire y sin resolverse satisfactoriamente, o situaciones límite que se suceden sin tregua, ….. por no hablar de los fastidiosos flashback, que no me cansaré de poner en la picota por considerarlos innecesarios y excesivamente largos en su contenido.
De todas maneras todo esto es solo mi opinión, porque la audiencia sigue respondiendo…aunque sea en los niveles más bajos de toda la trayectoria de la serie. Y además entiendo que mi parecer puede estar condicionado por mis simpatías hacia un o unos determinados personajes, que quizás nublen mi imparcialidad. Es por ello que poner distancia también facilita las cosas.
Pero en este ejercicio de poner en palabras lo que siento ahora mismo sobre la serie, me gustaría incidir en algo. En vista de la gente que todavía sigue la serie, parece que existe una disociación entre lo que se cuece en las redes sociales y lo que es la realidad. Y esta es que la serie aparentemente sigue gozando de una cierta salud a pesar de todo. Y con esta afirmación, por supuesto, no pretendo insinuar falta de criterio de la mayoría silenciosa, o cuestionar a quien sigue viéndola con buenos ojos, o simplemente porque en esta franja horaria es lo que toca….o porque es lo mejor en este momento del día. Porque no se puede cuestionar la libertad de cada uno o una para ver determinados programas, aunque algunos sean en mi opinión unos auténticos bodrios (y no me refiero a PV).
Sin embargo creo que en El Secreto de Puente Viejo están tensando mucho la cuerda. Se hace evidente que la serie necesita de una renovación a fondo, y lo que ya parece claro es que no se va a conseguir con una pretendida vuelta a los orígenes. Siempre se ha dicho que “segundas partes nunca fueron buenas”, pero mucho más si es el enésimo intento de recuperar a unos personajes irrepetibles. Creo que la serie tendría que evolucionar, y de hecho lo han tenido en sus manos y lo han desperdiciado con la trama de Los Manantiales. Ahora, de golpe todo ha vuelto veinte años atrás, en vez de seguir adelante con tramas frescas y nuevas, que aportaran otro aire. Y además lo hacen poniendo otra vez el foco en la eterna (nunca mejor dicho) y malvada Francisca. ¿En serio alguien cree que es esto lo que pide la audiencia? Sinceramente no lo creo, por mucho que se admire a Maria Bouzas. Por cierto, lo mismo que se puede pedir para el resto del elenco, en el que existen grandes profesionales a la misma altura que la susodicha.
Claro que entiendo que en un producto del tipo de una telenovela diaria tienen que existir extremos contrapuestos para mantener el interés de las tramas, pero seguir insistiendo en lo mismo considero que es cansino. Más cuando en lo que se persevera es en temas que solo son un toma y daca, sin que se entrevea ninguna salida. La eterna venganza entre Francisca y Severo no puede ser el tema recurrente, más cuando una de las partes está instalada en la impunidad más absoluta, como si existiera algún obstáculo que impidiera una solución diferente. Creo que en un anterior comentario ya lo dije: es cuando menos peligroso instalar este concepto de que los poderosos pueden hacer lo que se les antoje, cuando desgraciadamente en la vida real esto sucede con más frecuencia de la deseada. Lo que puede acabar conduciendo a la convicción de que no se puede hacer nada para cambiarlo (de hecho en la ficción parece ya asumido)…………..cuando no tendría que ser así. La justicia ha de ser igual para todos.
Y antes de que salga alguien con el tema, también vale para Carmelo. Y para Alfonso, Emilia, Mauricio,….y todos los que cargan con algún delito a sus espaldas. Que a lo largo de la serie no han sido pocos,….aunque la mayor parte no ha pagado por ello. Por supuesto encabezados por la mayor delincuente: Francisca, que tiene en su haber fechorías de todo tipo y que necesitaría de un libro para enumerarlas. Y de cinco vidas para que se hiciera justicia. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario