29 de septiembre de 2017

¿Y Nicolás?

¿Y Nicolás? ¿Qué pasa con este personaje prácticamente (e injustamente) invisible?

Era de prever que después de la marcha de los habitantes de Los Manantiales (sobre cuya existencia, por cierto, se ha pasado con rapidez un tupido velo) se necesitara de un tiempo para reubicarlo. Demasiados meses anclado casi en exclusiva a esta trama hicieron que dejara de tener espacio propio, lo que considero muy injusto para un actor, Alejando Siguenza, que ha dado muestras sobradas de que puede llevar adelante cualquier proyecto con suficiente solvencia profesional.

Cierto que tampoco ha sido un personaje que haya estado siempre en primera plana, pero no porque no crea que no tienen suficientes recursos para él. Su papel en la telenovela es el de un hombre de buen porte (claro que la percha ayuda), joven y rico, además de libre. Que además tenga una hija pequeña no tendría que suponer ningún obstáculo para encontrar un papel adecuado que le dé más visibilidad. Porque verlo moverse por la serie solamente para acercarse a la casa de comidas y ocasionalmente convertirse en el confidente de Matías, considero que es malgastar el talento de este gran actor.

Tampoco voy a ponerme a dar ideas, primero porque no es mi trabajo y tampoco tengo suficiente imaginación, pero estoy segura que con los antecedentes antes mencionados se podría elaborar una buena historia y dar relieve a este personaje.

Así que espero que antes de que sea demasiado tarde, los responsables de la serie se den cuenta de que tienen al alcance este potencial inexplorado que podría dar algo más de vidilla a un producto en sus horas más bajas.

26 de septiembre de 2017

En el punto de mira

No hace mucho una persona muy cercana, y conocedora del país, me hablaba de como la sociedad en Dinamarca da mucha importancia a la privacidad, y que es difícil que alguien se meta en intimidades de otras personas. Por cierto, se trata de (otro) joven talento con una alta cualificación, que desgraciadamente ha tenido que emigrar ante la falta de oportunidades en nuestro país.
Pero no es este el tema que me ocupa.
Es evidente que nuestra sociedad está a años luz de la danesa. Solo hay que ver la temática de los programas de máxima audiencia para darse cuenta que es precisamente el cotilleo lo que llama la atención. Pero no voy a ponerme estupenda por ello, porque cada cual es libre de elegir sus preferencias, aunque no entiendo, ni comparto en absoluto, esta manera de hacer las cosas, que no aporta cultura y si borreguismo (espero que nadie se ofenda por esta palabra). Y sí, soy consciente de que puedo estar contradiciéndome, pero en mi descargo añadir que solo se trata de una opinión sin prejuzgar a nadie.
Y si la televisión se aprovecha de ello, no menos sucede en un pueblo pequeño donde es difícil dar un paso sin que alguien lo sepa. Sin embargo lo peor no es esto, si no que encima haya quien se considere con derecho a opinar sobre vidas ajenas, cuando muchas veces se hace patente aquello de “ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”. Esto sería el cotilleo, que muchas veces traspasa la línea de una simple opinión y puede convertirse, amplificado por el desconocimiento de la realidad y las diferentes versiones añadidas, en algo dañino para la víctima de las habladurías. Rompiendo el principio de nadie es “culpable hasta que se demuestre lo contario”, e instalando la necesidad de la víctima de tener que explicarse y además probar su inocencia. O esperar que salga otra habladuría que desvíe la atención.
Esto es lo que ahora le sucede a Candela.
No importa su trayectoria, ni la certeza de que es una persona sin doblez, generosa y altruista, que no duda en ayudar en la medida de sus posibilidades a quien sea. Que no suele ser alguien que juzgue a la ligera, ni que se involucre en cotilleos. Ni parece importar que se sepa que en el pasado fue víctima de malos tratos, y que ha sabido superarlo a fuerza de voluntad y de echarle arrestos. Ahora buena parte del pueblo parece que solo la ve como a una persona egoísta, que es incapaz de olvidar y mucho menos perdonar a alguien que le ha hecho mucho daño en el pasado. Pero que aparentemente ha vuelto a ella para implorarle su perdón.
Evidentemente todo el mundo tiene la posibilidad de cambiar, de arrepentirse de sus acciones e intentar enmendarlas, pero puedo entender a Candela. Venancia muchas veces utilizó en el pasado argucias semejantes a las del cuento del lobo y las ovejas, como para fiarse ahora de que no es lo mismo. Aparte de que le negó el socorro cuando acudió a pedirle ayuda, lo que la convierte a priori en una mala persona. Que el maltratador sea alguien de tu sangre, no tendría que impedir que se haga lo correcto.
Y puedo entender que a Candela le sea difícil pasar página con esta mujer, y que no sienta lástima por ella. Lo ha dicho: “se cosecha lo que se siembra” y aunque es algo muy categórico,  no deja de tener su sentido si me atengo a los hechos que la misma Candela ha puesto sobre la mesa. Sin embargo, aunque empujada por Severo, tampoco la va a dejar en la estacada.
¿Que Venancia ahora es sincera? Puede, aunque teniendo en cuenta como las gastan en esta serie, lo dudo. Sin embargo tampoco puedo imaginarme que retorcidos motivos se podrían esperar de esta visita a su exnuera ¿Volver a hacerle la vida imposible, en base a algo del pasado? ¿No fue suficiente con lo que ya le hizo?
Por cierto, lo único bueno (si es que se puede llamar así) en toda esta historia, es que están devolviendo la visibilidad a estos personajes, en mi opinión injustamente relegados a un segundo plano durante muchos meses. Unos actores de primera fila que merecen mucho más que las tramas de relleno que les han reservado durante tanto tiempo. 

25 de septiembre de 2017

La eterna venganza. O volver al principio.

Hace apenas un año, mis noches tenían básicamente dos objetivos: leer un libro y ver Puente Viejo. Y no necesariamente por este orden, pues a veces el cansancio y el sueño impedían que el primero se materializase. Pero el visionado de Puente Viejo seguro que no me lo perdía.
Afortunadamente para mi salud mental, ahora ya no es así y se han cambiado las prioridades. Incluso me pierdo muchos días el capítulo y solamente lo grabo para poder cumplir con mi compromiso con la administración de algunas de las páginas de la serie.
Lo lamento, pero ha dejado de interesarme. Y solamente la sigo por los de La Quinta, los únicos que siguen llamándome un poco la atención. Y también porque pienso que se lo debo especialmente a uno de ellos, que tuvo un gesto conmigo que le agradeceré siempre.
Quizás el haber vivido con tanta pasión la serie me ha pasado factura, o quizás los motivos sean el cansancio después de tantos años, o la desilusión, o la previsibilidad de las tramas………..el caso es que no consigo encontrar ahora mismo algo que me haga volver a aquellos días en que esperaba el capítulo con ganas.
Cierto que la televisión tampoco es uno de mis hobbies, y admito que veo pocos programas y solo algunos capítulos sueltos de series………básicamente las que empiezan una trama y la terminan en el mismo capítulo.  Y no es que se trate de impaciencia por los resultados, si no de que realmente he llegado a la conclusión que así ha de ser el entretenimiento. Algo que, en mi opinión, no es lo que aporta Puente Viejo ahora mismo, si no que solo trae tramas que se alargan meses y meses para después quedar a medio aire y sin resolverse satisfactoriamente, o situaciones límite que se suceden sin tregua, ….. por no hablar de los fastidiosos flashback, que no me cansaré de poner en la picota por considerarlos innecesarios y excesivamente largos en su contenido.
De todas maneras todo esto es solo mi opinión, porque la audiencia sigue respondiendo…aunque sea en los niveles más bajos de toda la trayectoria de la serie. Y además entiendo que mi parecer puede estar condicionado por mis simpatías hacia un o unos determinados personajes, que quizás nublen mi imparcialidad. Es por ello que poner distancia también facilita las cosas.
Pero en este ejercicio de poner en palabras lo que siento ahora mismo sobre la serie, me gustaría incidir en algo. En vista de la gente que todavía sigue la serie, parece que existe una disociación entre lo que se cuece en las redes sociales y lo que es la realidad. Y esta es que la serie aparentemente sigue gozando de una cierta salud a pesar de todo. Y con esta afirmación, por supuesto, no pretendo insinuar falta de criterio de la mayoría silenciosa, o cuestionar a quien sigue viéndola con buenos ojos, o simplemente porque en esta franja horaria es lo que toca….o porque es lo mejor en este momento del día. Porque no se puede cuestionar la libertad de cada uno o una para ver determinados programas, aunque algunos sean en mi opinión unos auténticos bodrios (y no me refiero a PV).
Sin embargo creo que en El Secreto de Puente Viejo están tensando mucho la cuerda. Se hace evidente que la serie necesita de una renovación a fondo, y lo que ya parece claro es que no se va a conseguir con una pretendida vuelta a los orígenes. Siempre se ha dicho que “segundas partes nunca fueron buenas”, pero mucho más si es el enésimo intento de recuperar a unos personajes irrepetibles. Creo que la serie tendría que evolucionar, y de hecho lo han tenido en sus manos y lo han desperdiciado con la trama de Los Manantiales. Ahora, de golpe todo ha vuelto veinte años atrás, en vez de seguir adelante con tramas frescas y nuevas, que aportaran otro aire. Y además lo hacen poniendo otra vez el foco en la eterna (nunca mejor dicho) y malvada Francisca. ¿En serio alguien cree que es esto lo que pide la audiencia? Sinceramente no lo creo, por mucho que se admire a Maria Bouzas. Por cierto, lo mismo que se puede pedir para el resto del elenco, en el que existen grandes profesionales a la misma altura que la susodicha.
Claro que entiendo que en un producto del tipo de una telenovela diaria tienen que existir extremos contrapuestos para mantener el interés de las tramas, pero seguir insistiendo en lo mismo considero que es cansino. Más cuando en lo que se persevera es en temas que solo son un toma y daca, sin que se entrevea ninguna salida. La eterna venganza entre Francisca y Severo no puede ser el tema recurrente, más cuando una de las partes está instalada en la impunidad más absoluta, como si existiera algún obstáculo que impidiera una solución diferente. Creo que en un anterior comentario ya lo dije: es cuando menos peligroso instalar este concepto de que los poderosos pueden hacer lo que se les antoje, cuando desgraciadamente en la vida real esto sucede con más frecuencia de la deseada. Lo que puede acabar conduciendo a la convicción de que no se puede hacer nada para cambiarlo (de hecho en la ficción parece ya asumido)…………..cuando no tendría que ser así. La justicia ha de ser igual para todos.
Y antes de que salga alguien con el tema, también vale para Carmelo. Y para Alfonso, Emilia, Mauricio,….y todos los que cargan con algún delito a sus espaldas. Que a lo largo de la serie no han sido pocos,….aunque la mayor parte no ha pagado por ello. Por supuesto encabezados por la mayor delincuente: Francisca, que tiene en su haber fechorías de todo tipo y que necesitaría de un libro para enumerarlas. Y de cinco vidas para que se hiciera justicia.