Hace apenas
un año, mis noches tenían básicamente dos objetivos: leer un libro y ver Puente
Viejo. Y no necesariamente por este orden, pues a veces el cansancio y el sueño
impedían que el primero se materializase. Pero el visionado de Puente Viejo
seguro que no me lo perdía.
Afortunadamente
para mi salud mental, ahora ya no es así y se han cambiado las prioridades.
Incluso me pierdo muchos días el capítulo y solamente lo grabo para poder
cumplir con mi compromiso con la administración de algunas de las páginas de la
serie.
Lo lamento,
pero ha dejado de interesarme. Y solamente la sigo por los de La Quinta, los
únicos que siguen llamándome un poco la atención. Y también porque pienso que
se lo debo especialmente a uno de ellos, que tuvo un gesto conmigo que le
agradeceré siempre.
Quizás el
haber vivido con tanta pasión la serie me ha pasado factura, o quizás los
motivos sean el cansancio después de tantos años, o la desilusión, o la
previsibilidad de las tramas………..el caso es que no consigo encontrar ahora
mismo algo que me haga volver a aquellos días en que esperaba el capítulo con
ganas.
Cierto que la
televisión tampoco es uno de mis hobbies, y admito que veo pocos programas y solo
algunos capítulos sueltos de series………básicamente las que empiezan una trama y
la terminan en el mismo capítulo. Y no es
que se trate de impaciencia por los resultados, si no de que realmente he
llegado a la conclusión que así ha de ser el entretenimiento. Algo que, en mi
opinión, no es lo que aporta Puente Viejo ahora mismo, si no que solo trae tramas
que se alargan meses y meses para después quedar a medio aire y sin resolverse
satisfactoriamente, o situaciones límite que se suceden sin tregua, ….. por no
hablar de los fastidiosos flashback, que no me cansaré de poner en la picota
por considerarlos innecesarios y excesivamente largos en su contenido.
De todas
maneras todo esto es solo mi opinión, porque la audiencia sigue
respondiendo…aunque sea en los niveles más bajos de toda la trayectoria de la
serie. Y además entiendo que mi parecer puede estar condicionado por mis simpatías
hacia un o unos determinados personajes, que quizás nublen mi imparcialidad. Es
por ello que poner distancia también facilita las cosas.
Pero en este
ejercicio de poner en palabras lo que siento ahora mismo sobre la serie, me
gustaría incidir en algo. En vista de la gente que todavía sigue la serie,
parece que existe una disociación entre lo que se cuece en las redes sociales y
lo que es la realidad. Y esta es que la serie aparentemente sigue gozando de
una cierta salud a pesar de todo. Y con esta afirmación, por supuesto, no
pretendo insinuar falta de criterio de la mayoría silenciosa, o cuestionar a
quien sigue viéndola con buenos ojos, o simplemente porque en esta franja
horaria es lo que toca….o porque es lo mejor en este momento del día. Porque no
se puede cuestionar la libertad de cada uno o una para ver determinados
programas, aunque algunos sean en mi opinión unos auténticos bodrios (y no me
refiero a PV).
Sin embargo
creo que en El Secreto de Puente Viejo están tensando mucho la cuerda. Se hace
evidente que la serie necesita de una renovación a fondo, y lo que ya parece
claro es que no se va a conseguir con una pretendida vuelta a los orígenes.
Siempre se ha dicho que “segundas partes nunca fueron buenas”, pero mucho más
si es el enésimo intento de recuperar a unos personajes irrepetibles. Creo que
la serie tendría que evolucionar, y de hecho lo han tenido en sus manos y lo
han desperdiciado con la trama de Los Manantiales. Ahora, de golpe todo ha
vuelto veinte años atrás, en vez de seguir adelante con tramas frescas y
nuevas, que aportaran otro aire. Y además lo hacen poniendo otra vez el foco en
la eterna (nunca mejor dicho) y malvada Francisca. ¿En serio alguien cree que
es esto lo que pide la audiencia? Sinceramente no lo creo, por mucho que se
admire a Maria Bouzas. Por cierto, lo mismo que se puede pedir para el resto
del elenco, en el que existen grandes profesionales a la misma altura que la
susodicha.
Claro que
entiendo que en un producto del tipo de una telenovela diaria tienen que
existir extremos contrapuestos para mantener el interés de las tramas, pero seguir
insistiendo en lo mismo considero que es cansino. Más cuando en lo que se
persevera es en temas que solo son un toma y daca, sin que se entrevea ninguna
salida. La eterna venganza entre Francisca y Severo no puede ser el tema
recurrente, más cuando una de las partes está instalada en la impunidad más
absoluta, como si existiera algún obstáculo que impidiera una solución diferente.
Creo que en un anterior comentario ya lo dije: es cuando menos peligroso
instalar este concepto de que los poderosos pueden hacer lo que se les antoje,
cuando desgraciadamente en la vida real esto sucede con más frecuencia de la
deseada. Lo que puede acabar conduciendo a la convicción de que no se puede
hacer nada para cambiarlo (de hecho en la ficción parece ya asumido)…………..cuando
no tendría que ser así. La justicia ha de ser igual para todos.
Y antes de
que salga alguien con el tema, también vale para Carmelo. Y para Alfonso,
Emilia, Mauricio,….y todos los que cargan con algún delito a sus espaldas. Que
a lo largo de la serie no han sido pocos,….aunque la mayor parte no ha pagado
por ello. Por supuesto encabezados por la mayor delincuente: Francisca, que
tiene en su haber fechorías de todo tipo y que necesitaría de un libro para
enumerarlas. Y de cinco vidas para que se hiciera justicia.