Está volviendo a suceder.
No es la
primera vez en todos estos años que se levanta expectación con una nueva
trama, y después ésta se va diluyendo a medida que pasan los meses y no
sucede nada especialmente novedoso, si acaso a peor.
Ha sucedido
con La Quinta, y parece que Los
Manantiales van por el mismo camino.
Pero reconozco
que si a los primeros les dedico atención, a éstos últimos los tengo más relegados
en mis escritos porque no acabo de encontrar un hilo del que tirar,….a pesar que
al principio efectivamente mis expectativas eran altas con esta historia que aparentemente
traía un aire fresco a la serie. Pero que a medida que han ido pasando los
meses considero que ha ido decayendo para incorporarse a lo que acaba siendo
previsible, con situaciones vividas anteriormente con otros personajes (aunque
convenientemente maquilladas),…además de un guion en buena medida acomodaticio
que parece limitarse a vomitar páginas de escenas de relleno, y de las continuas
entradas y salidas de personajes sin darles tiempo a que desarrollen todo su hipotético
potencial, como ha sucedido en el caso de Elías. Al respecto de éste, evidentemente
no puedo hablar con conocimiento de causa ya que desconozco el contrato que
tenía Jaime Lorente y si estaba prevista su salida en un tiempo determinado,
pero el personaje tenía un elevado seguimiento (a pesar de ser el “malo”) y
daba vida a esta trama. Con su salida apresurada, y casi por la puerta de atrás,
se perdió un importante valor y una línea argumental de fuerte componente entre
trágico y maquiavélico, que no sé si es posible recuperar con Ismael, aunque por supuesto le voy a dar
la oportunidad a guionistas, actor y personaje para que me sorprendan…..
El caso es
que a veces tengo que recordarme que esto es una telenovela y que todo parecido
con la realidad es pura coincidencia, aunque incluya temas cotidianos que sí
que se ajustan a ésta. Pero también incoherencias y contenidos que se apartan
de lo que se me antoja razonable, o que carecen de toda lógica. Y lo peor, es
que en cierta manera también se normalizan cosas o actitudes que en la vida
real son censurables como mínimo, cuando no directamente delictivas.
Pero porque
es una ficción, soy consciente que buscarle un trasfondo más allá de lo que
tendría que ser entretenimiento, no lleva a ninguna parte. Sin embargo, y a
pesar de todo ello, hay una pequeña parte de los que vemos PV que a través de
las páginas en las redes sociales encontramos un espacio para debatir,
comentar, incluso polemizar o criticar sobre la deriva de las tramas y, por
descontado, sobre la percepción particular al respecto de cada una de ellas o de
los personajes que las sustentan. Y como supongo sucede a todos y todas (a
menos que sean críticos de artes escénicas y consigan ser totalmente
objetivos), yo también me dejo llevar por las simpatías que me inspiran determinados
personajes. Porque es claro que en PV hay gustos para todo el mundo. Es fácil
encontrar seguidor@s acérrimos de Francisca, cuando el personaje no goza de
demasiada estima popular, así como hay detractores de Candela o de los Mirañar.
Pero todo el mundo tiene su espacio y criterio, y hay que respetarlo. El
pensamiento único no existe, solo diferentes maneras de entender las cosas,
seguramente motivadas por muchos factores como la educación recibida, los
valores adquiridos o la propia manera de ser de cada uno (y ya no entro en el
grado de influencia de las redes sociales o de la televisión).
Pero
volviendo al tema de Los Manantiales.
Tenían los
argumentos, una situación y unos personajes con un aparente potencial. Pero la realidad
ha acabado siendo otra. La trama de Los Manantiales, especialmente después de
la marcha de Elías, ha ido perdiendo fuelle, lo mismo que la historia de
Hernando y Camila, que a pesar de que partían de una premisa novedosa pues ellos
no tenían que luchar para estar juntos, por lo que presumiblemente los
obstáculos que pudieran surgir en su camino tenían que venir por otros
derroteros, hasta ahora ha acabado siendo más de lo mismo. De lo mismo que ya
hemos visto.
Bueno, quizás
haya que matizarlo, porque cuando por alguna razón se vuelve a poner énfasis en
la parte femenina, considero que el personaje de Camila se les ha quedado a
medio camino (siempre según mi opinión). Ni tiene la fuerza de Sol, ni el ímpetu
de Emilia, ni el carisma de otros personajes femeninos. Y lo peor, su perpetua instalación en la
ocultación, en decir medias verdades, en no confiar plenamente en su
esposo, en su nada entendida infidelidad con Néstor, en su continua huida hacia
adelante,……..no ayudan a mejorar mi actual percepción del personaje.
Otra cosa es
Hernando, un personaje mucho más rico en matices. Y con menos peros a sus
espaldas.
Y Beatriz,
que junto con Matías, ha conseguido crear una trama con potencial propio.
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