He decidido
retomar los escritos de este blog dando voz, en la medida de mis posibilidades,
a los personajes menos protagonistas de la serie. Creo que se lo debo porque yo
misma los he ignorado en muchas ocasiones y no es justo, ya que todos y todas tendrían
que tener las mismas opciones de visibilidad. El hecho de que en el reparto
les hayan tocado papeles de menor relevancia, algo que no les permite lucirse
en todas sus posibilidades, no quita mérito a la profesionalidad de los actores
y actrices que les dan vida.
Y de todos
ellos hoy destaco a Raimundo.
En la media
luz de la casa de comida y sentado frente a Emilia, filosofan ambos sobre la
vida y la muerte. Especialmente cuando esta última se antoja injusta y se ceba
en una persona que tenía toda la vida por delante y muchas expectativas:
Mariana. Pero no es esto lo que quería destacar, si no la profundidad de la
conversación y la personalidad de uno de los personajes que intervienen, un hombre
especial, con características diferenciales. Alguien instruido, con principios
inalterables, con un profundo sentido de la justicia social,… una persona con
una voluntad férrea que solo se tambalea cuando se anteponen los sentimientos
hacia Francisca. Algo por otra parte que no tiene más aspecto que el destructivo,
y que ensombrecen la imagen del hombre cuando sucede.
Entiendo que
El Secreto es una telenovela con muchos personajes a los que hay que dar trama,
y que ello podría ser un hándicap a la hora de profundizar en los mismos, por
lo que a veces te encuentras con situaciones que incluso escapan a toda lógica.
Pero supongo que es un peaje que hay que pagar.
Sin embargo
ello no quita para que Raimundo pudiera tener algo más de visibilidad, fuera de
lo que es su relación con la dueña (ahora menos) de La Casona. Es una persona
con una reputación demostrada de cabal y que dice las cosas por su nombre, por
lo que su influencia y mediación podría ser utilizada en conflictos que afectan
a los vecinos o familia. Pero a pesar de que interviene puntualmente, nunca suele
ir más allá de dar algunos consejos.
Aunque admito
que en el fondo lo que considero más fuerte es que tengan a un actor de la
talla de Ramon Ibarra relegado a un puesto menor, cuando podrían utilizar sus
dotes profesionales para llevarlo más allá de lo que le tienen reservado casi siempre.
Por cierto, aprovecho para destacar también su talla humana, que tod@s hemos
podido reconocer a través de las redes sociales. Y que le hace merecedor de mi
reconocimiento, porque aparte de compartir muchas de sus manifiestas
afinidades, entiendo que, aunque persona pública, tiene todo el derecho a
expresar sus opiniones particulares sin que nadie pueda reprochárselo.
Para terminar,
un inciso (por si lo lee algún guionista, lo que ya es mucho pedir por mi parte
y no creo que suceda). Ya lo he dicho otras veces, no pretendo dar lecciones de
cómo deben hacer su trabajo, y entiendo que la celeridad que demanda una serie
diaria no permite grandes aventuras, pero considero que precisamente para esto
están los que los escriben. Para buscar cosas novedosas, que realcen a los
personajes que tienen entre manos.
Y, ya puesta,
pediría que además……..bueno, ¡¡son tantas cosas!!! Que no alargaran los guiones
más allá de la resistencia de l@s espectadores, y sobretodo que en medio
encontraran un momento para introducir algunas escenas de felicidad. Que el
drama seguro que vende, pero como diría el refrán “lo poco gusta, lo mucho
cansa,…y lo repetitivo aburre”
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