7 de abril de 2016

Un alegato para La Quinta

Podría decir que ahora tengo el corazón dividido. Me encanta la nueva trama de Los Manantiales, me encantan los nuevos personajes y las historias que traen consigo, pero sin embargo ello no me impide seguir viendo con los mejores ojos a los habitantes de la Quinta, de los que creo no decir nada aventurado al afirmar que han sido y siguen siendo uno de los motores principales de la serie. Y no voy a negar que especialmente han conseguido captar mi interés, y siguen haciéndolo.
Por ello veo con una cierta desazón (o quizás es solo mi apreciación) que, de alguna manera, han dejado de estar en primer plano a partir del momento en que tuvieron lugar las respectivas bodas. Por supuesto, y antes de continuar, he de apuntar que no es mi intención desmerecer a los demás personajes, pero considero que las expectativas creadas con esta trama se han ido diluyendo cuando aún hay muchos flecos que han quedado en el aire y que podrían dar juego.
En este momento los habitantes de La Quinta no tienen una especial visibilidad, exceptuando quizás Carmelo (lo que me parece estupendo, y sobretodo justo). Pero los demás, Lucas y Sol, y Candela y Severo, ahora más bien parecen dos aburridas parejas instaladas en la normalidad cotidiana del matrimonio y sin que haya lugar para escenas románticas como las de antaño, las que nos permitían disfrutar de su relación…..No solo nos negaron los momentos posteriores a sus bodas, su recién iniciado camino en su nuevo estado y sus reacciones a ello, sino que ahora, además del hecho de que los dos hombres apenas tienen trama, para más inri convierten a Sol y a Candela en una suerte de casamenteras, dispuestas a meterse en la vida de otros sin que se lo hayan pedido. Sea o no con buenas intenciones.
Llegados a este punto habrá quien diga que alcanzada la meta es difícil encontrar historias de peso para seguir manteniendo en alto el interés por las tramas de estas parejas. Que sin sufrimiento difícilmente se puede mantener la tensión. Pero me niego a aceptar esta justificación porque, aún sin entender nada de guiones, estoy convencida de que existen muchas otras líneas de actuación que pueden ser interesantes. Por ejemplo: en este momento existen tres grandes haciendas con sus propietarios enfrentados entre sí. Evidentemente lo que atrae son las historias románticas, esto no voy a negarlo, pero también existe el conflicto social y por ahí creo que podría haber aún mucha tela para cortar.
Así que relegarlos ahora a un segundo plano en detrimento de nuevos personajes creo que, además de injusto, sería un error, especialmente cuando sus seguidores se cuentan por miles y sus respectivas historias siguen provocando numerosos comentarios.
Por descontado puedo entender la decisión de dar empaque a los nuevos personajes, permitirles el protagonismo para que cuaje su historia, además de admitir que, según todos los indicios, esta vez si han dado en el clavo y están consiguiendo crear expectación. Y, por supuesto, creo en la máxima de “renovarse o morir”, pero creo que aún hay lugar para todos y todas. 

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