Si, vale. Quizás ahora penséis que no
soy coherente con mis decisiones. Pero si, he dejado de ver la telenovela, aunque
no de seguir lo que se cuece en la misma. Es complicado desprenderse de algo
que ha sido tan familiar durante seis años, pero estoy en ello. Sin embargo, y
aunque se vea como un intento de justificar mi presencia aquí, tampoco puedo
desengancharme del todo de la telenovela porque aún tenemos con Mercé el
compromiso con la administración de varias páginas, aunque sea solo con
mínimos. Y especialmente, en mi caso, porque aún está Chico (aunque me imagino
que su personaje también tiene fecha de caducidad, porque sin Candela es
difícil que consigan sacarlo adelante). Y porque, lo admito, este blog se ha
convertido en un lugar que me produce muchas satisfacciones, no solo por el
hecho de permitirme exponer mis opiniones, sinó por lo de que éstas sean leídas.
De hecho, y no es para ponerme medallas, el último comentario ronda cerca las
2000 entradas (aunque algunos incluso hayan estado cerca de las 3000), lo que
me lleva a daros las gracias de todo corazón.
Pero a lo que iba.
Después de ver el comentario de
Mercè/MarGonz, he decidido aportar también mi granito de arena, aunque mucho de
lo que sigue ya lo haya manifestado en otras ocasiones.Y, por cierto, suscribo sus palabras una a una.
Teníamos delante de nuestras narices
las señales,… pero, o no las quisimos ver, o eran tan inconcebibles que ni
siquiera podíamos imaginar la deriva que iba a seguir la telenovela.
Bueno, quizás esto sea verdad en
parte. Porque la otra si la veíamos, porque es claro que se trata de meter,
aunque sea con calzador, una trama de la que en el momento actual existen pocos
defensores,…. más bien al contrario.
El expolio de La Quinta, que ésta pasara
a manos de Francisca, y que después la hacienda fuera destruida por una bomba,
era una señal evidente de que esta trama iba camino a su final. Aunque es claro
que nadie podía imaginar que además habían concebido una tragedia para finiquitarla,
y que ello significaba hacer desaparecer uno de los personajes más queridos y
de largo recorrido en la serie: Candela.
Una desaparición que nadie, o casi
nadie, entiende. A menos que se vea como una manera de apartar a un personaje
para que no haga sombra a quién se desea dar notoriedad.
Por supuesto no voy a hacer un drama
de esta situación, porque al fin y al cabo es algo que solo existe en la
ficción. Pero lo que no es ficción, y lamento, son los daños colaterales, con la
injusticia que supone el dejar sin trabajo a una persona en un sector, el del
audiovisual, ya de por sí muy castigado por unos altos índices de paro. Y no me
consuela que la misma Aida lo justifique, aunque creo que más que nada por
aquello de ser políticamente correcta. Si, los actores probablemente tienen
asumido que cualquier trabajo tiene fecha de caducidad y que llega un día en que
su papel se acaba, bien sea porque el producto llega a su final o porque su
personaje deja de tener sentido. Pero en el caso de Candela no es ni lo uno, ni
lo otro. Así que debe haber otra razón, por ejemplo la que he expuesto en un
párrafo anterior.
Por cierto, tambien estoy segura que una
decisión de este tipo no se toma de un día para otro. Es evidente que hace
meses que se puso sobre la mesa, aunque no sabremos nunca si fue antes o después de
que se dieran cuenta que la nueva trama de los hermanos Ortega y SuperJulieta,
no engancha para nada. De hecho me sumo al comentario anteriormente mencionado
de Margonz/Mercé, en el sentido de que la audiencia también tiene algo que
decir, aunque se la ignore. Porque por mucho que los índices de seguimiento sigan
manteniéndose (eso si,en niveles bajos), la sensación general no es precisamente de
que sea porque gusta lo que se ve, sinó más bien por fidelidad,……o porque a
esta hora lo que echan en las otras cadenas es mucho peor.
Y como dicen, “de perdidos al rio”,
aprovecho para introducir temas que a veces a una le cuesta poner sobre el
papel, por aquello de herir susceptibilidades o crear polémicas innecesarias.
Vistos los comentarios en algunos
muros de los guionistas (que he obviado contestar, porque al fin y al cabo son lugares
personales y tienen todo el derecho a opinar lo que se les antoje), incluso me
ha llevado a pensar que en esta decisión podrían haber influido factores
externos, ajenos a la telenovela. O que hay algo que no quiero ni imaginar,
pero de lo que también se han hecho eco algunos comentarios, que afectaría a la
vida personal de la actriz afectada, como las trabas para que ésta pudiera
conciliar la vida laboral con el cuidado de su hijo. Algo que desgraciadamente
nuestra sociedad aún no ha conseguido solucionar y que impide a muchas mujeres
contribuir a la economía familiar, a pesar de que las parejas o la familia
también se impliquen en el cuidado de los niños.
Otro tema es el de si con una sola
trama basta para mantener la serie. Pero vista la deriva, parece que es lo que
se pretende: condensar todo en una y que gire todo alrededor de un personaje
que es evidente que goza del favor de los guionistas,… por lo que sea. Pero lo
que realmente me produce hilaridad es que también pretendan venderlo como una
renovación de las tramas, cuando a la vista está que esto no es así. Si se
habla de renovación esto afecta al conjunto, no a una sola parte. Véase sinó en
la misma cadena la telenovela Amar es para siempre, en la que solo mantienen el mismo hilo argumental para personajes de segundo plano, mientras que los protagonistas se renuevan
cada año. Los buenos y los malos. Y no pasa nada.
Pero antes de seguir, me permito
reproducir parte de un artículo que me pareció interesante (y que no sé de donde saqué),
pero en el que quedan claras algunas cosas al respecto de las telenovelas:
“Rebautizado con cierto desdén como 'culebrón' es la gran aportación de Latinoamérica al mundo de la ficción: la primera telenovela se grabó en 1957. Entre las señas de identidad de la telenovela destacan la sublimación de las grandes pulsiones humanas hasta límites insospechados (el amor, la traición, la pasión, la ambición, la lealtad... aliñado todo con raptos, fugas, duelos, envenenamientos...), el marcado dualismo entre buenos y malos, los primeros 'buenísimos' y los segundo 'malísimos'; el físico de los protagonistas: el de ellos, de 'cuerpo danone'; el de ellas, de chica 'play boy'. Otros elementos característicos de la telenovela son la orfandad de uno de los protagonistas y la relación joven pobre/chica rica o joven rico/chica pobre. Este género audiovisual se ha convertido por derecho propio en el heredero de los folletines literarios de finales del siglo XIX.
La telenovela como objeto de estudio ha oscilado entre 'el mal de ojo de los intelectuales' y ser 'otra manera de contar la realidad'. Y un elemento que suele pasar desapercibido (quizá porque a España no llegan) es que muchas telenovelas tratan de temas de actualidad que sirven para una gran parte de la población (latinoamericana) como elemento de foro público: la violencia sexual, el narcotráfico, la delincuencia de cuello blanco, la explotación de la mujer en el mundo laboral, la crisis emocional y moral de los jóvenes...”
Sí, todo ello se refleja fielmente en el Secreto de Puente Viejo. Lo que no dice en ninguna parte es que este dualismo se tenga que mantener siempre con los mismos personajes. De hecho en Puente Viejo tuvimos por ejemplo un malo, malísimo, que podría haber dado mucho juego: Garrigues. Pero del que también decidieron prescindir y de mala manera, haciéndolo salir por la puerta de atrás como tantos otros y otras…. siempre en beneficio de quién ya sabemos.
Bueno, ya me he explayado bastante. Aunque seguro que aún me dejo cosas en el tintero, que me van a venir a la mente después.
Gracias por haber llegado hasta aquí, y por vuestra comprensión.
Os quiero